lunes, 30 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Marcos capítulo 7

EXODO PARTE 124

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 14 Las mismas aguas que sirvieron de muro a los redimidos de Jehová, sirvieron de tumba a Faraón: los que andan por fe, hallan un camino para marchar, mientras que los otros hallan allí mismo una tumba para ser sepultados en ella. Esta es una verdad solemne, que no altera en nada el hecho de que Faraón obraba en abierta y positiva oposición a la voluntad de Dios, cuando "probó" pasar el mar Rojo: y siempre se demostrará la misma verdad; aquellos que quieren imitar las obras de la fe, serán confundidos. ¡Felices son los que pueden andar por fe, por débil que ésta sea! Ellos siguen un sendero de bendiciones indecibles, un sendero que, si bien está marcado por sus faltas y enfermedades, ha sido comenzado en Dios, se prosigue en Dios y terminará en El. Podamos nosotros entrar más y más en la realidad divina, en la tranquila elevación y en la santa independencia de este sendero. No dejaremos esta hermosa porción del libro del Exodo, sin recordar un pasaje en el cual el apóstol Pablo hace alusión a la nube y a la mar. (1 Cor. 10:1-2). Este pasaje encierra una preciosa y profunda enseñanza para el cristiano, porque el apóstol dice: "Empero estas cosas fueron en figura de nosotros" (Vers. 6), enseñándonos así, según la autoridad divina, interpretar el bautismo de Israel "en la nube y en el mar" de una manera simbólica; y nada seguramente puede tener una significación más profunda y más práctica. Fué según su condición como pueblo bautizado de esta manera, que los Israelitas emprendieron su peregrinación a través del desierto, para el cual Aquél que es amor había hecho abundante provisión de "vianda espiritual" y de "bebida espiritual". En otras palabras, ellos eran, simbólicamente, un pueblo muerto para Egipto, así como a todo lo que pertenecía a Egipto. La nube y la mar fueron para ellos lo que son para nosotros la cruz y el sepulcro de Cristo. La nube les ponía al abrigo de sus enemigos, y la mar les separaba de Egipto; igualmente la cruz nos defiende de todo aquello que podría estar contra nosotros, y somos puestos al otro lado del sepulcro de Jesús; desde este punto empezamos a gustar el "maná" celestial y a beber del agua que brota de la "piedra espiritual", mientras que, como pueblo peregrino, caminamos hacia la tierra del reposo de la cual Dios nos ha hablado. Añadiré aquí la importancia que hay en comprender bien la diferencia entre el mar Rojo y el Jordán. Tanto el uno como el otro de ambos acontecimientos tiene su antitipo en la muerte de Cristo. Pero mientras que en el primero vemos la separación entre Israel y Egipto, en el segundo vemos su introducción en la tierra de Canaán. Los creyentes no están sólo separados del presente siglo malo por la cruz de Cristo, mas también Dios les ha hecho salir vivificados de la tumba de Cristo, resucitándoles juntamente con El, y haciéndoles "sentar en los cielos con Cristo Jesús". (Efes. 2:6). Continuará...

domingo, 29 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Marcos capítulo 6

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "El Castigo Eterno" 14

EXODO PARTE 123

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 14 El se ha puesto entre nosotros y nuestros pecados, y es nuestro privilegio verle ahora entre nosotros y toda persona o cosa que pudiere estar contra nosotros; y sólo así hallamos la paz del corazón y la de la conciencia. El creyente puede buscar sus pecados en ansiedad y diligencia, teniendo la seguridad que nunca más los hallará. ¿Por qué? Porque Dios está entre él y ellos. "Porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados" (Isaías 38:17), y al mismo tiempo hace lucir sobre nosotros, a quienes ha reconciliado consigo, la luz de su rostro divino. De la misma manera, el creyente puede buscar sus dificultades y no hallarlas, porque Dios está entre él y ellas. Si, pues, en lugar de detenernos en nuestros pecados y en nuestras penas, nuestra mirada se detuviese en Cristo, más de una copa amarga sería endulzada, y muchas horas obscuras se verían iluminadas. Mas continuamente hacemos la experiencia de que la mayor parte de nuestras pruebas y pesares se componen principalmente de males anticipados y de pesares imaginarios, que sólo existen en nuestro espíritu enfermo, porque es incrédulo. Deseo que mi lector pueda conocer la paz sólida de la conciencia y del corazón, que es el resultado de tener a Cristo, en toda su plenitud, entre sí y todos sus pecados y todas sus penas. Es a la vez solemne e interesante notar el doble aspecto de la "columna", en este capítulo. La columna "era nube y tinieblas" para los Egipcios, mas "alumbraba a Israel de noche". ¡Qué semejanza con la cruz de nuestro Señor Jesucristo! Esta cruz tiene también un doble aspecto. Ella constituye el fundamento de la paz del creyente, y sella al mismo tiempo la condenación de un mundo culpable. La misma sangre que purifica la conciencia del creyente y le da paz perfecta, mancha este mundo y colma su pecado. La misma misión del Hijo de Dios, que despoja al mundo de su manto y le deja enteramente sin excusa, reviste a la Iglesia de un glorioso manto de justicia y llena su boca de alabanzas eternas. El mismo Cordero que llenará de terror a todas las tribus y pueblos de la tierra, por la grandeza de su ira, conducirá para siempre, con mano bondadosa, al rebaño que ha redimido con su preciosa sangre, a lugares de delicados pastos y junto a aguas de reposo. (Comp. Apoc. 6:15-17, con 7:13-17). El final de este capítulo nos muestra a Israel victorioso sobre la orilla del mar Rojo, y el ejército de Faraón sumergido en sus aguas. Este acontecimiento prueba que tanto los temores de los Israelitas, como los orgullosos discursos de los Egipcios, estaban igualmente desprovistos de fundamento. La gloriosa obra de Jehová había reducido a la nada los unos y los otros. Continuará...

sábado, 28 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Marcos capítulo 5

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida

EXODO PARTE 122

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 14 Ninguna fe es precisa para emprender un viaje cuyo camino se ve en toda su extensión, mas es necesaria la fe para ponerse en camino cuando no se ve más que el primer paso. El mar se dividía a medida que Israel avanzaba, de tal suerte que, para cada nuevo paso, dependían enteramente de Dios. Tal era el camino por el cual marchaban los redimidos de Jehová, conducidos por su diestra. Pasaron a través de las sombrías aguas de la muerte, y vieron que estas aguas eran "como muro a su diestra y a su siniestra", mientras que ellos pasaban por medio "en seco". (Vers. 22). Para los Egipcios era imposible poder avanzar por ese camino. Entraron en él porque lo vieron abierto delante de ellos; para los Egipcios era una cuestión de vista y no de fe. "Lo cual probando los Egipcios, fueron sumergidos". (Heb. 11:29). Cuando se quiere probar de hacer aquello que sólo la fe puede cumplir, no se obtiene nada más que ruina y confusión. El camino por el cual Dios hace marchar a su pueblo, es una senda que no puede ser hollada por la naturaleza. "La carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios" (1 Cor. 15:50); ni tampoco pueden caminar por la senda de Dios. La fe es la gran regla característica del reino de Dios, y por ella somos capacitados para caminar por la senda de Dios. "Sin fe es imposible agradar a Dios". (Heb. 11:6). Dios es grandemente glorificado cuando caminamos con El con los ojos vendados, por decirlo así, porque esta es la prueba de que tenemos mayor confianza en su vista que en la nuestra. Si yo sé que Dios mira por mí, no me será nada difícil poder cerrar los ojos, y caminar tranquilamente con santa seguridad. En los negocios de la vida humana, sabemos que cuando un centinela o un guardián está en su puesto, los demás pueden dormir tranquilos. Cuanto mejor podemos nosotros descansar con toda seguridad, cuando sabemos que Aquel que no se adormece ni se duerme, tiene su mirada fija en nosotros y nos defiende con su brazo. (Sal. 121: 4). "Y el ángel de Dios que iba delante del campo de Israel, se apartó, e iba en pos de ellos; y asimismo la columna de nube que iba delante de ellos, se apartó, y púsose a sus espaldas: e iba entre el campo de los Egipcios y el campo de Israel; y era nube y tinieblas para aquellos, y alumbraba a Israel de noche; y "toda aquella noche nunca llegaron los unos a los otros". (Vers. 19-20). Jehová se puso exactamente entre Israel y el enemigo; El fué su protección. Para que Faraón hubiese podido tocar a un solo cabello de Israel, le habría sido necesario atravesar el pabellón del Todopoderoso, y al mismo Todopoderoso. Dios se pone siempre entre su pueblo y todo enemigo, de tal manera que "toda herramienta que fuere fabricada contra (él), no prosperará". (Is. 54:17). Continuará...

jueves, 26 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Marcos 4

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "El Castigo Eterno" 12

EXODO PARTE 121

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 14 "Di a los hijos de Israel que marchen". Parece como si el mismo Moisés se hubiese quedado perplejo en cuanto a lo que debía hacer; porque Jehová le dice: "¿Por qué clamas a mí?" Moisés podía haber dicho al pueblo: "Esperad y ved la salud de Jehová", mientras que él presentaba a Dios las peticiones de su alma angustiada, clamando a El por misericordia. No obstante, es inútil clamar cuando deberíamos obrar, como lo es obrar cuando deberíamos esperar, y precisamente siempre hacemos así; probamos de avanzar cuando deberíamos pararnos, y nos paramos cuando deberíamos avanzar. Los Israelitas podían preguntarse muy naturalmente: "¿Y dónde vamos a ir?" Una barrera infranqueable parecía impedir todo movimiento de avance. ¿Cómo atravesar el mar? He aquí la dificultad. Jamás la naturaleza había podido resolver esta cuestión; pero podemos estar ciertos que Dios no da nunca un mandamiento sin comunicar al mismo tiempo el poder para obedecerlo. El estado real del corazón puede ser puesto a prueba por el mandamiento, mas el alma que, por la gracia, está dispuesta a obedecer, recibe de arriba el poder para hacerlo. El hombre a quien Cristo mandó extender su mano seca, habría podido preguntar también "¿Cómo puedo extender una mano seca?"; pero ninguna pregunta hizo, porque con el mandato, y de la misma fuente, vino el poder para obedecer. (Comp. Luc. 5:23-24; Juan 5:8-9, etc.) Así también, para Israel, junto con la orden de marcha vino el poder para abrir un camino. "Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre la mar, y divídelo; y entren los hijos de Israel por medio de la mar en seco. (Vers. 16). Este era el camino de la fe. La mano de Dios abre la senda para que podamos dar el primer paso, y la fe se contenta con esto. Dios no da nunca la dirección para dar dos pasos a la vez. Es necesario que primero demos un paso; luego recibiremos luz para dar otro, y así sucesivamente nuestro corazón será guardado en una continua dependencia de Dios. "Por fe pasaron el mar Bermejo como por tierra seca". (Heb. 11:29). Sin duda, el mar no fué dividido en toda su extensión de una sola vez; Dios quería conducir a su pueblo "por fe" y no "por vista". Continuará...

miércoles, 25 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Marcos capítulo 3

EXODO PARTE 120

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 14 Algunas veces nos sentimos transportados de una manera triunfante a través de las mayores pruebas, mientras que otras veces perdemos ánimo, temblando y desfallecemos, ante las circunstancias más ordinarias de la vida. ¿Y por qué? Porque en las grandes pruebas nos vemos obligados a echar nuestra carga sobre el Señor; mientras que en las dificultades más pequeñas, intentamos, locamente, de llevarla nosotros mismos. "Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis quedos". (Vers. 14). ¡Preciosa seguridad! Y ¡cuán propia para tranquilizar el espíritu en presencia de las mayores dificultades y de los mayores peligros! El Señor no se pone solamente entre nosotros y nuestros pecados, sino también entre nosotros y las circunstancias en medio de las cuales nos encontramos. En el primer caso, nos da la paz de la conciencia; en el segundo, la paz del corazón. Estas dos cosas son completamente distintas como lo sabe todo cristiano experimentado. Muchos cristianos tienen la paz de la conciencia, sin tener la paz del corazón. Ellos han visto a Cristo, por la gracia y por la fe, interpuesto entre ellos y sus pecados, con la divina eficacia de su sangre; pero no saben contemplar a Cristo, con la misma sencillez, como estando, en su divina sabiduría, entre ellos y las circunstancias que les rodean. De esto resulta una diferencia esencial en la condición práctica de sus almas, así como en el carácter de su testimonio. Nada contribuye mejor a glorificar el nombre de Jesús que este reposo tranquilo del alma, que dimana de la seguridad que tenemos de que Cristo está entre nosotros y todo aquello que pudiese ser causa de inquietud para nuestros corazones. "Tú le guardarás en completa paz, cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti se ha confiado". (Is. 26:3). "Pero -se preguntará- "¿no debemos hacer nada nosotros?" otra pregunta podrá servir de respuesta: "¿Qué podemos hacer nosotros?" Todos los que realmente se conocen, responderán: "¡Nada!" Si, en efecto, no podemos hacer nada, ¿no será lo mejor que permanezcamos "quietos"? Si el Señor obra por nosotros, ¿no hacemos bien permaneciendo detrás? ¿Correremos delante de El? ¿Invadiremos su esfera de acción y entraremos en su camino? Es absolutamente inútil que dos trabajen, cuando uno sólo es perfectamente capaz de hacerlo todo. ¿Quién soñaría en traer una bujía encendida para aumentar el resplandor del sol en pleno medio día? Y sin embargo, el que tal hiciese podría pasar por sabio en comparación con aquel que pretende ayudar a Dios con su mal entendida actividad. Continuará...

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "El Castigo Eterno" 11

lunes, 23 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Marcos capítulo 2

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "El Castigo Eterno" 10

EXODO PARTE 119

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 14 Sin embargo, cuando Dios, en su grande misericordia, abre un camino, la fe puede andar por él; ella deja la senda del hombre para seguir la de Dios. "Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? di a los hijos de Israel que marchen". (Vers. 15). Cuando hemos aprendido a "estar quietos", entonces podemos efectivamente marchar adelante; de otra manera, todos nuestros esfuerzos no tendrán otro resultado que poner de manifiesto nuestra necedad y flaqueza. La verdadera sabiduría consiste en permanecer "tranquilos" cualquiera que sea la dificultad o perplejidad en que nos hallemos, esperando únicamente en Dios, quien, ciertamente, nos abrirá un camino; y entonces podremos "marchar" tranquilos y en paz. La incertidumbre no existe cuando es Dios quien nos abre el camino; de lo contrario, todo camino de nuestra propia invención será un camino de vacilación y de duda. El hombre no regenerado puede marchar con cierta apariencia de firmeza y decisión, en su propia senda; pero uno de los sentimientos que mejor distinguen a la nueva criatura, es la desconfianza en sí misma, y la confianza en Dios quien siempre responde a ella. Cuando nuestros ojos han visto la salud de Dios, entonces podemos seguir esta senda; mas no podremos verla claramente sin ser antes convencidos de la inutilidad de nuestros propios y miserables esfuerzos. En la expresión "Ved la salud de Jehová", se encierra un poder y una hermosura especial. El mismo hecho de ser llamados a "ver" la salvación de Jehová, prueba que ésta es una salvación completa. Además, nos enseña que la salvación es una obra realizada y revelada por Dios para que podamos verla y gozarnos en ella. La salvación no es una obra en parte de Dios y en parte del hombre; porque en este caso no podría ser llamada la salvación de Dios. (Comp. Luc. 3: 6; Hech. 28:28). Para poder ser la salvación de Dios es preciso que esté desprovista de todo lo que es del hombre, porque el único resultado posible de los esfuerzos humanos será obscurecer ante nuestros ojos la salvación de Dios. Continuará...

domingo, 22 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Marcos capítulo 1

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "El Castigo Eterno" 9

EXODO PARTE 118

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 14 Cuando la incredulidad es echada fuera, Dios puede intervenir; y para poder contemplar sus actos, es necesario "estarse quedos". Cada movimiento de la naturaleza no impide, en la intensidad de su misma proporción, de que veamos la intervención divina en nuestro favor, y nos gocemos en ella. Y asimismo sucede con nosotros en cada una de las fases de nuestra historia. Así sucede con nosotros, como pecadores, cuando, bajo el sentimiento de malestar que produce el pecado pesando sobre la conciencia, estamos tentados a recurrir a nuestros propios actos para obtener algún alivio. Es entonces cuando precisamente debemos permanecer "quedos" a fin de ver "la salud le Jehová". Porque, ¿qué hubiéramos podido hacer nosotros en la obra de expiación por el pecado? ¿Habríamos podido estar con el Hijo de Dios en la cruz? ¿Habríamos podido descender con El al "lago de miseria del lodo cenagoso"? (Salmo 40:2). ¿Habríamos podido jamás abrirnos camino hasta esa pena sobre la cual ha afirmado sus pies en la resurrección? Todo espíritu recto reconocerá que tal pensamiento sería una audaz blasfemia. Dios está solo en la redención; y en cuanto a nosotros no tenemos más que estar "quedos" y ver "la salud de Jehová". El mismo hecho de ser "la salud de Jehová" prueba que el hombre no debe hacer nada. La regla es siempre la misma una vez que hemos entrado en la carrera cristiana. A cada nueva dificultad, ya sea grande o pequeña, nuestra sabiduría consiste en saber estarnos "quedos"; y renunciar a nuestras propias obras, buscando el reposo en la salvación de Dios. Tampoco debemos establecer categorías entre las dificultades: no podemos decir que las haya tan ligeras que puedan ser afrontadas por nosotros mismos, mientras que en otras sólo la mano de Dios es eficaz. No; todas ellas exceden igualmente a nuestras fuerzas. Somos tan incapaces de cambiar el color de un cabello, como de trasladar una montaña; de crear una mata de hierba, como de crear un mundo. Todas estas cosas son igualmente imposibles para nosotros, todas son igualmente posibles para Dios. Por lo tanto, debemos abandonamos confiadamente, con fe sencilla, en las manos de Aquél "que se humilla para mirar en el cielo y en la tierra (igualmente)". (Sal. 113:6). Continuará...

sábado, 21 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Mateo capítulo 28

EXODO PARTE 117

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 14 "Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estáos quedos, y ved la salud de Jehová, que él hará hoy con vosotros; porque los Egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis quedos". (Vers. 13-14). "¡Estáos quedos!" He aquí el primer acto de la fe en presencia de la prueba. Para la carne y la sangre esto es imposible. Todos aquellos que conocen, en alguna medida, la agitación del corazón humano en las pruebas y dificultades que uno mismo se anticipa, podrán formarse una idea de lo que significa "estar quieto." Nuestra naturaleza querrá hacer algo; correrá de aquí para allá; quisiera tener una parte en la obra; y, si bien procura justificar y santificar sus actos dándoles el pomposo y usado título de "empleo legitimo de medios", en realidad su obra no es más que el fruto directo y positivo de la incredulidad, que siempre excluye a Dios, y no ve nada más sino la nube sombría de su propia creación. La incredulidad crea o aumenta las dificultades, y luego, para vencerlas, llama a nuestros propios esfuerzos y a nuestra inquieta e infructuosa actividad, que en realidad sólo sirven para levantar tan grande polvareda en nuestro derredor que nos impide ver la salvación de Dios. La fe, al contrario, eleva el alma por encima de esas dificultades, y le hace mirar a Dios directamente haciéndonos capaces por este medio de permanecer tranquilos. Nada adelantamos nosotros con nuestros esfuerzos y nuestra inquieta agitación. "No puedes hacer un cabello blanco o negro, ni añadir un codo a tu estatura". (Mat. 5:36; 6:27). ¿Qué habría podido hacer Israel delante del mar Rojo? ¿Podía secarlo? ¿Podía allanar las montañas? ¿Podía destruir el ejército de Faraón? Nada de esto. Se encontraban encerrados dentro de un muro impenetrable de dificultades, ante cuya vista la naturaleza no podía hacer nada más que temblar y sentir su completa impotencia. Pero para Dios entonces era precisamente el momento de obrar. Continuará...

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "El Castigo Eterno" 8

viernes, 20 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Mateo capítulo 27B

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "El Castigo Eterno" 7

EXODO PARTE 116

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 14 La fe se coloca más allá del alcance de la dificultad, y, allí, halla a Dios con toda su fidelidad, su amor y su poder. El creyente tiene el privilegio de estar siempre ante la presencia de Dios; ha sido introducido allí por la sangre del Señor Jesús, y no debiera tolerar nada de cuanto pudiera sacarle de allí. El sitio que le ha sido preparado en la presencia de Dios, no puede perderlo jamás, puesto que Cristo, su jefe y su representante, lo ocupa en lugar suyo. Pero, si bien no puede perder aquel sitio, puede perder el gozo, la experiencia y el poder de poseerle. Todas las veces que las dificultades se interponen entre su corazón y el Señor, en vez de gozar de la presencia de Dios, sufre en presencia de sus dificultades; lo mismo sucede cuando una nube se interpone entre nosotros y el sol, privándonos momentáneamente de sus rayos de luz. La nube no impide que el sol brille; pero nos impide gozar de él. Así sucede exactamente cuando nosotros permitimos que las penas y dificultades de la vida oculten a nuestras almas los brillantes resplandores del rostro de nuestro Padre, que brilla con fulgor invariable en la persona de Jesucristo. No hay ninguna dificultad demasiado grande para nuestro Dios; muy al contrario, cuanto mayor es la dificultad, mejor ocasión se le ofrece para intervenir, según su propio carácter, como Dios benigno y Todopoderoso. Indudablemente, la posición de Israel, tal como está descrita en los primeros versículos de este capítulo, era una posición que ponía al pueblo en tan grande prueba, que la carne y la sangre debían sentirse abrumadas bajo su peso; pero no es menos cierto que el Dueño del cielo y de la tierra estaba allí, y los hijos de Israel no debían hacer más que descansar en El. No obstante, querido lector, ¡cuán pronto desfallecemos cuando llega la prueba! Los sentimientos de que hablamos tienen un sonido agradable para el oído, y parecen muy hermosos escritos sobre el papel, además, y que Dios sea bendito por ello, son divinamente verdaderos; mas la cuestión importante es ponerlos en práctica cuando llega la ocasión. Practicándolos es cuando se experimenta su potencia y se goza la felicidad que de ellos emana. "El que quisiere hacer su voluntad, conocerá de la doctrina si viene de Dios". (Juan 7:17). Continuará...

jueves, 19 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Mateo capítulo 27A

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "El Castigo Eterno" 6

EXODO PARTE 115

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 14 Habían visto todas estas cosas, y sin embargo, en el momento en que una nube oscura aparece en el horizonte, su confianza es perdida y su corazón se desvanece; la murmuración halla libre curso en sus labios, y dicen: "¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muriésemos en el desierto? ¿Por qué lo has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto? Que mejor nos fuera servir a los Egipcios, que morir nosotros en el desierto". (Vers. 11-12). La Ciega incredulidad no puede hacer más que errar siempre y escudriñar en vano los designios de Dios. Esta incredulidad es la misma en todos los tiempos; es la que hizo decir a David, en un día de flaqueza: "Al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl; nada por tanto me será mejor que fugarme a la tierra de los Filisteos". (1Sam. 27:1). Y, ¿cómo se desarrollaron los acontecimientos? Saúl fué muerto en el monte de Gilboa, y el trono de David establecido para siempre. Fué la misma incredulidad también que, en un momento de profundo abatimiento, hizo huir a Elías Thisbita, para salvar su vida, ante las furiosas amenazas de Jezabel. ¿Y qué sucedió después? Jezabel murió estrellada contra el suelo, y Elías fué arrebatado al cielo en un torbellino. Lo mismo aconteció a los hijos de Israel en el principio de la prueba. Creyeron verdaderamente que Dios se había tomado tanto trabajo para librarles de Egipto con el solo fin de hacerles morir en el desierto; se imaginaban que si habían sido preservados de la muerte por la sangre del cordero pascual, era con el objeto de sepultarles en el desierto. Así razona siempre la incredulidad; nos induce a interpretar a Dios en presencia de la dificultad, en lugar de interpretar la dificultad en presencia de Dios. Continuará...

miércoles, 18 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Mateo capítulo 26B

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "El Castigo Eterno" 5

EXODO PARTE 114

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 14 Faraón, arrepentido de haberles dejado salir de su país, se decide a intentar un esfuerzo desesperado para traerlos de nuevo. Y unció su carro, y tomo consigo su pueblo; y tomó seiscientos carros escogidos, y todos los carros de Egipto, y los capitanes sobre ellos. Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí los Egipcios que venían tras ellos; por lo que temieron en gran manera, y clamaron los hijos de Israel a Jehová." (Vers. 6-10). La vista de los Egipcios era un espectáculo que les ponía seriamente a prueba; una escena en medio de la cual todo esfuerzo humano era perfectamente inútil. Los Israelitas habrían podido intentar, con las mismas probabilidades de éxito, hacer retroceder el poderoso flujo del océano con sus propios esfuerzos. El mar estaba delante de ellos; el ejército de Faraón detrás, y las montañas a su alrededor; y todo esto había sido permitido y ordenado por Dios. Dios había escogido el terreno donde Israel debía asentar "su campo delante de Pihahiroth, entre Migdol y la mar hacia Baalzephón". Además, El permite que Faraón les alcance. ¿Por qué? Precisamente para manifestarse en la salvación de su pueblo, y en la derrota de los enemigos de este pueblo. "Al que dividió el mar Bermejo en partes, porque para siempre es su misericordia; e hizo pasar a Israel por medio de él, porque para siempre es su misericordia; y arrojó a Faraón y a su ejército en el mar Bermejo, porque para siempre es su misericordia". (Sal. 116). En todas las etapas de los redimidos de Dios en el desierto, no hay ni una sola posición cuyos límites no hayan sido cuidadosamente trazados por la mano de la sabiduría y del amor infinito. El alcance y la influencia particular de cada una de esas posiciones son calculados con cuidado. Los Pihahiroth y los Migdol están dispuestos de manera que se hallan en relación inmediata con la condición moral de aquellos que Dios conduce a través de los rodeos y laberintos del desierto, de modo que manifiesten también el verdadero carácter de Dios Si la incredulidad sugiere con frecuencia esta pregunta: "¿Por qué es esto así?" Dios lo sabe; y sin ninguna duda, El revelará el por qué todas las veces que esta revelación podrá contribuir a su gloria y al bien de su pueblo. ¿No nos preguntamos nosotros con frecuencia por qué y con qué fin nos hallamos en tal o cual circunstancia? ¿No nos atormentamos muchas veces para comprender la razón por la cual nos vemos expuestos a tal o cual prueba? Continuará...

martes, 17 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Mateo capítulo 26A

EXODO PARTE 113

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 14 ¡Cuánto mejor haríamos inclinando la cabeza con humilde sumisión, y diciendo: "todo va bien" y "todo irá bien"! Cuando es Dios quien fija nuestra posición, podemos estar ciertos que ha sido escogida con sabiduría y que nos es saludable; y aun cuando la hayamos escogido nosotros por nuestra propia voluntad locamente; Dios, en su misericordia, domina nuestra locura, y hace que la fuerza de las circunstancias, en las cuales nos hemos colocado, trabaje a favor de nuestro bien espiritual. Cuando los hijos de Dios se hallan en el mayor apuro y en las más grandes dificultades, tienen el privilegio de ver las más preciosas manifestaciones del carácter de la actividad de Dios; y por esta razón, El les coloca frecuentemente en la prueba para manifestarse con tanta mayor potencia. Dios habría podido conducir a Israel por el mar Rojo, y hacerle ir más allá del alcance del ejército de Faraón, mucho antes que éste hubiese salido de Egipto; pero este medio no habría glorificado tan plenamente su nombre, ni habría confundido de una manera tan completa al enemigo en el cual quería "glorificarse". (Vers. 17). Muchas veces perdemos de vista esta preciosa verdad, y la consecuencia es que en el tiempo de la prueba el valor nos falta. Si consideráramos las crisis graves de nuestras vidas sólo como tantas otras ocasiones para que Dios hiciera aparecer, en favor nuestro, la plena suficiencia de la gracia divina, nuestras almas conservarían su equilibrio y nosotros podríamos glorificar a Dios, aun en medio de las aguas profundas. El lenguaje de Israel, en la ocasión que meditamos, puede parecernos extraño y difícil de explicar; pero a medida que conozcamos nuestros corazones incrédulos mejor veremos la grande semejanza que hay entre nosotros y ese pueblo. Parece que habían olvidado completamente la reciente manifestación del poder divino en su favor. Habían visto como era abatido el poder de Faraón y como eran juzgados los dioses de Egipto, bajo el rudo golpe de la vara de Jehová. Habían visto la misma mano romper la cadena de hierro de la esclavitud egipcia, y apagar el horno.Continuará...

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "El Castigo Eterno" 4

lunes, 16 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Mateo capítulo 25

EXODO PARTE 112

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 14 "Los que descienden a la mar en navíos, y hacen negocio en las muchas aguas, ellos han visto las obras de Jehová, y sus maravillas en el profundo". (Sal. 107:23-24). ¡Cuán verdadero es esto! Y a pesar de ello, ¡cómo retroceden nuestro corazones cobardes delante de las "muchas aguas"! Preferimos los bajos fondos, y por consecuencia, estamos privados de ver las obras y las maravillas de nuestro Dios; porque éstas no se ven ni son conocidas sino "en el profundo" de las aguas. Es en el día de prueba y de dificultad cuando el alma hace alguna experiencia del inmenso e indecible gozo que se experimenta al poder contar con Dios. Si siempre fuese todo fácil, nunca se podría hacer esta experiencia. Cuando el barco se desliza suavemente sobre la superficie del lago tranquilo, apenas se siente la realidad de la presencia del Maestro; pero se experimenta realmente cuando la tempestad brama y las olas amenazadoras cubren la débil embarcación. El Señor no nos ofrece la perspectiva de un camino exento de pruebas y tribulaciones; muy al contrario de esto, nos dice claramente que hallaremos las unas y las otras; pero promete estar con nosotros siempre en medio de todo, y esto vale infinitamente más que vernos libres de todo peligro. Es mucho mejor gozar de la presencia de Dios en la prueba, que ser librado de ella sin hacer esta preciosa experiencia. Sentir que el corazón de Dios simpatiza con nosotros, es mucho más dulce que sentir el poder de su mano por nosotros. La presencia del Maestro entre sus siervos fieles, mientras estaban en el horno, fué mucho mejor que lo habría sido la manifestación de su potencia para preservarles de él. (Daniel 3). Con frecuencia quisiéramos que se nos concediese avanzar sin prueba, pero perderíamos mucho en ello. La presencia del Señor nunca es tan dulce como en los momentos de mayor dificultad. Esto mismo es lo que experimentaron los Israelitas en las circunstancias relatadas en este capítulo. Ellos se hallaban allí ante una dificultad abrumadora, insuperable. Habían sido llamados a hacer su negocio en las muchas aguas", "y toda su ciencia es perdida". (Sal. 107:27). Continuará...

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "El Castigo Eterno" 3

domingo, 15 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Mateo capítulo 24

EXODO PARTE 111

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 13 Nunca se partió de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego". (Vers. 20-22). Jehová no solamente escogió el camino, sino que El mismo descendió para acompañar a su pueblo, y hacerse conocer de él según sus necesidades. No le condujo solamente sano y salvo fuera de Egipto, sino que descendió, de alguna manera, en la columna de nube, para acompañarle a través de todas las vicisitudes de su viaje por el desierto. Era la gracia divina. Los Israelitas no fueron simplemente librados del horno de Egipto, y dejados inmediatamente a ellos mismos para que se arreglasen lo mejor que pudiesen, en su viaje a Canaán. Dios sabía que tenía delante de sí un camino peligroso y difícil, con serpientes y escorpiones, lazos y dificultades de toda suerte, y el desierto árido y estéril; y, bendito sea su nombre para siempre, no quiso dejarles ir solos. Quiso ser su compañero y compartir sus penas y sus peligros; más aun, El fué "delante de ellos". Fue "su guía", "su gloria", y "su defensa" para librarles de todo temor. ¿Por qué le afligieron tanto por la dureza de su corazón? Si ellos hubiesen caminado humildemente con El, contentos y confiados, su camino habría sido una marcha victoriosa desde el principio al fin. Llevando a Jehová "delante de ellos", ningún poder habría podido interrumpir su marcha triunfal desde Egipto a Canaán. Dios les habría introducido y les habría plantado en el monte de su heredad, según su promesa, y por la potencia de su diestra, no permitiendo que un solo Cananeo hubiese quedado en el país para ser una espina a Israel. Y así será pronto, cuando Jehová pondrá mano por segunda vez para librar a su pueblo del poder de todos sus opresores. ¡Quiera el Señor apresurar ese tiempo! Continuará...

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "El Castigo Eterno" 2

sábado, 14 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Mateo capítulo 23

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "El Castigo Eterno" 1

EXODP PARTE 110

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 13 Dios no los llevó por el camino de la tierra de los Filisteos, que estaba cerca; porque dijo Dios: Que quizá no se arrepienta el pueblo cuando vieren la guerra, y se vuelvan a Egipto. Mas hizo Dios al pueblo que rodease por el camino del desierto del mar Bermejo". (Vers. 17-18). El Señor, en su gracia y condescendencia, arregla las cosas de tal manera que los suyos no hallan, al principio de su carrera, pruebas demasiado difíciles que puedan tener por efecto desanimarles en su corazón, y hacerles retroceder. "El camino del desierto" era mucho más largo que el del país de los Filisteos; pero Dios tenía diversas lecciones importantes para enseñar a su pueblo, y éstas sólo podían ser aprendidas en el desierto. Este hecho les fué recordado más tarde en el pasaje siguiente: "Y acordarte has de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, por probarte, para saber lo que estaba en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos". (Deut. 8:2). Tan preciosas lecciones no se habrían podido aprender jamás "por camino de la tierra de los Filisteos". En ese camino los Israelitas habrían aprendido lo que era la guerra, desde el principio de su carrera; mas en "el camino del desierto" aprendieron lo que era la carne, con toda su perversidad, su incredulidad y su rebelión. Sin embargo, Aquel que se llama "Yo soy" estaba con ellos, con su gracia paciente, su perfecta sabiduría y su infinito poder; nadie sino El podía proveer a las necesidades de la situación. Sólo El puede soportar la vista de los abismos del corazón humano, puesto en descubierto ante su presencia. La revelación de lo que está en mi corazón, hecho en cualquier otra parte, fuera de la presencia de la gracia infinita, me sumiría en el mayor desespero. El corazón humano es un infierno en miniatura. ¡Qué maravillosa gracia de poder vernos libres de sus horribles abismos! "Y partidos de Succoth, asentaron campo en Etham, a la entrada del desierto. Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube, para guiarlos por el camino; y de noche en una columna de fuego para alumbrarles; a fin de que anduviesen de día y de noche. Continuará...

viernes, 13 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Mateo capítulo 22

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "La santificación" 14

EXODO PARTE 109

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 13 Así, mientras que, según la naturaleza, somos representados por la repugnante figura de un asno degollado, según la gracia, somos representados por un Cristo resucitado y glorificado en el cielo. ¡Qué maravilloso contraste! Pone la gloria del hombre en el polvo, y glorifica las riquezas del amor redentor. Reduce al silencio los discursos vanos y orgullosos del hombre y pone en sus labios un cántico de alabanzas a Dios y al Cordero, que resonará eternamente en el cielo. Con cuanto poder se nos recuerdan aquí las memorables palabras del Apóstol: "Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, ya no muere, la muerte no se enseñoreará más de él. Porque el haber muerto, al pecado murió una vez; mas el vivir, a Dios vive. Así también vosotros, pensad que de cierto estáis muertos al pecado, mas vivos a Dios en Cristo Jesús Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, para que le obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado por instrumentos de iniquidad; antes presentaos a Dios como vivos de los muertos, y vuestros miembros a Dios por instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia". (Rom. 6:8- 14). No estamos solamente redimidos del poder de la muerte y del sepulcro, sino también estamos unidos con Aquel que nos ha redimido al precio inmenso de su propia vida, a fin de que, por el poder del Espíritu Santo, consagremos nuestras vidas a su servicio, con todas sus facultades, de tal manera que su nombre sea glorificado en nosotros según la voluntad de nuestro Dios y Padre. En los últimos versículos de este capítulo 13 del Exodo, hallamos un ejemplo hermoso y patético de las tiernas compasiones de Dios por las flaquezas de su pueblo. "Por que él conoce nuestra condición; acuérdase que somos polvo." (Sal. 103:14). Cuando redimió a Israel para ponerle en relación con El, Jehová, en su gracia infinita e insondable, se encargó de todas las necesidades y flaquezas de los suyos. Poco importaba lo que ellos eran o cual fuese su necesidad, pues el que se llama "Yo soy" les acompañaba, e iba a conducirles desde Egipto a la tierra de Canaán; y aquí le vemos ocupado en escoger el camino mas conveniente para ellos. "Y luego que Faraón dejó ir al pueblo. Continuará...

jueves, 12 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Mateo capítulo 21

EXODO PARTE 108

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 13 Unicamente podemos andar en el camino de las buenas obras que Dios nos ha preparado, siendo verdaderos y actuales poseedores de la vida eterna y de la justicia divina. Las obras muertas y los trapos sucios no pueden aparecer por ese camino. Sólo "los redimidos de Jehová", pueden pasar por él. (Is. 51:11). Israel guardaba la fiesta de los panes sin levadura y santificaba sus primogénitos a Jehová, como siendo un pueblo redimido. Hemos considerado ya la primera de estas ordenanzas; y la segunda no es menos preciosa y rica en enseñanzas. El ángel destructor pasó por todo el país de Egipto para destruir todos los primogénitos; mas los primogénitos de Israel escaparon, por la muerte de un sustituto enviado por Dios. En consecuencia, estos aparecen delante de nosotros como un pueblo vivo, consagrado a Dios. Salvados por la sangre del Cordero, tienen el privilegio de consagrar sus vidas a Aquél que las ha redimido "por precio". (1 Cor. 6:20). Ellos poseían la vida sólo en su calidad de redimidos. La gracia de Dios, solamente, había hecho una diferencia en su favor (Ex. 11:5-7), y les había concedido un lugar de hombres vivos en su presencia. Ellos no tenían, ciertamente, ninguna razón para gloriarse, porque aquí se nos enseña que, en cuanto a sus méritos o valor personal, estaban colocados en el mismo nivel de un animal impuro. "Mas todo primogénito de asno redimirás con un cordero; y si no lo redimieres, le degollarás; asimismo redimirás todo humano primogénito de tus hijos". (Vers. 13). Había dos clases de animales: la de animales limpios y la de animales inmundos, y el hombre es colocado aquí al mismo nivel de la última. El cordero debía responder por el animal inmundo; y si el asno no era redimido, se le debía degollar; de manera que el hombre no redimido era puesto en el mismo lugar del animal impuro y sin ningún valor. ¡Qué cuadro tan humillante del hombre en su estado natural! ¡ Oh! ¡Si nuestros pobres y orgullosos corazones pudiesen comprenderlo mejor! Entonces nos regocijaríamos con mayor sinceridad en nuestro glorioso privilegio de ser lavados de nuestra iniquidad en la sangre del Cordero, y de haber dejado para siempre nuestra abyección personal en el fondo de la tumba donde fué puesto, por nosotros, nuestro Sustituto. Cristo era el Cordero, el cordero sin mancha y sin contaminación. Nosotros estábamos manchados; mas, bendito sea su nombre, El tomó nuestro lugar, y fué hecho pecado, y tratado como tal en la cruz. Cristo sufrió en la cruz, lo que nosotros habríamos sufrido durante los siglos de la eternidad. El sufrió, allí y entonces, todo lo que nosotros merecíamos, a fin de que nosotros pudiésemos gozar eternamente de todo lo que El merecía. Recibió nuestra paga para que nosotros recibiésemos la suya. Aquel que era puro tomó, por un tiempo, el lugar de los impuros, el justo por los injustos, para que los impuros pudiesen tomar para siempre, el lugar de Aquel que era puro. Continuará...

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida

miércoles, 11 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Mateo capítulo 20

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "La santificación" 15

EXODO PARTE 107

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 13 Dios nos ha preparado un camino de buenas obras para que nosotros andemos en ellas, y, por su gracia, nos prepara a fin de que podamos andar en ellas. Y sólo cuando hemos sido salvos podemos andar en ese camino. Si fuese de otra manera, podríamos gloriamos; pero, considerándonos nosotros solamente como la obra de Dios, y siéndolo también el camino por el cual andamos, ningún motivo nos queda para gloriamos. (Rom. 3: 27; 1 Cor. 1:27-31). El verdadero cristianismo sólo consiste en la manifestación de la vida de Cristo, implantada en nosotros por la operación del Espíritu Santo, según los eternos consejos de la gracia soberana de Dios; y todas las obras que han precedido en nosotros a la implantación de esta vida, no son más que "obras muertas" (Heb. 6:1), de las cuales nuestra conciencia debe ser purificada lo mismo que de las "malas obras". (Heb. 9:14). La expresión "obras muertas" abarca todas las obras que los hombres hacen con el fin de obtener la vida. Si alguno busca la vida, es evidente que no la posee aun; es muy posible que sea sincero en su afán por hallarla, mas su misma sinceridad prueba bien claramente que no tiene la menor confianza de haberla encontrado. Así pues, toda obra, hecha con la intención de obtener la vida, es una "obra muerta", porque está hecha sin la vida, la vida de Cristo, la sola vida verdadera, la única fuente de la cual pueden manar las buenas obras. Y, nótese bien, no se trata aquí de "malas obras ; ninguna persona soñaría en obtener la vida por tales medios. Al contrario, se vera como se recurre constantemente a las "obras muertas" como medio para aligerar la conciencia oprimida bajo el peso de las "malas obras"; mientras en la revelación divina se nos enseña que la conciencia necesita purificarse de las unas así como de las otras. En cuanto a nuestra propia justicia, también leemos en otra parte que "todas nuestras justicias (son) como trapo de inmundicia". (Is. 64:6). No se dice aquí que sólo "todas nuestras maldades" son "como trapo de inmundicia". ¿Quién osaría a decir lo contrario? Mas lo que se nos enseña y debemos aprender, es que los mejores frutos que podemos producir, bajo la forma de la piedad y de la justicia, son representados en las paginas de la verdad eterna como "obras muertas" y "trapo de inmundicia". Los mismos esfuerzos que hacemos para conseguir la vida, muestran palpablemente que estamos muertos, y nuestros esfuerzos para alcanzar la justicia prueban que estamos envueltos en trapos de inmundicia. Continuará...

martes, 10 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Mateo capítulo 19

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "La santificación" 11

EXODO PARTE 106

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 13 Los primeros versículos de este capítulo nos enseñan, de una manera clara y evidente, que la consagración y santidad personal son los frutos del amor divino producidos en aquellos que son los objetos de su afecto. La consagración de los primogénitos y la fiesta de los panes sin levadura son presentadas aquí en relación inmediata con la salida de Israel fuera del país de Egipto. "Santifícame todo primogénito, cualquiera que abre matriz entre los hijos de Israel, así de los hombres como de los animales; mío es. Y Moisés dijo al pueblo: Tened memoria de este día, en el cual habéis salido de Egipto, de la casa de servidumbre; pues Jehová os ha sacado de aquí con mano fuerte; por tanto, no comeréis leudado" (Vers. 2-3). Y luego: "Siete días comerás por leudar, y el séptimo día será fiesta a Jehová. Por los siete días se comerán los panes sin levadura; y no se verá contigo leudado, ni levadura en todo tu termino". (Vers. 6-7). En los versículos siguientes se expone inmediatamente la razón por la cual esas dos ceremonias debían ser practicadas. "Y contarás en aquel día a tu hijo, diciendo: Hácese esto con motivo de lo que Jehová hizo conmigo cuando me sacó de Egipto". Y más adelante: "Y cuando mañana te preguntare tu hijo, diciendo: ¿Qué es esto? decirle has: Jehová nos sacó con mano fuerte de Egipto, de casa de servidumbre; y endureciéndose Faraón en no dejarnos ir, Jehová mató en la tierra de Egipto a todo primogénito, desde el primogénito humano hasta el primogénito de la bestia: y por esta causa yo sacrifico a Jehová todo primogénito macho, y redimo todo primogénito de mis hijos." (Vers. 8, 14-15). Cuanto más crezcamos en el conocimiento de la redención que es en Cristo Jesús, por el poder del Espíritu Santo, nuestra vida de separación será mas marcada y nuestra consagración más completa. Todo esfuerzo para producir la una o la otra de ambas cosas, antes que la redención sea conocida, es el trabajo más vano que pueda imaginarse. Todo lo que hacemos, debemos hacerlo "con motivo de lo que Jehová hizo", y no con el fin de obtener alguna cosa de El. Los esfuerzos que hacemos para poseer la vida y la paz prueban que aun somos extraños al poder de la sangre; mientras que los frutos puros de una redención conocida y experimentada, son ofrecidos a la alabanza de Aquél que nos ha redimido. "Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios: no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, criados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó para que anduviésemos en ella". (Efes. 2: 8-10). Continuará...

lunes, 9 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Mateo capítulo 18

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "La santificación" 10

EXODO PARTE 105

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 12 En la Pascua, no sólo se mantenía estrictamente la separación entre Israel y los extranjeros, sino también la unidad de Israel estaba claramente simbolizada en ella. "En una casa se comerá, y no llevarás de aquella carne fuera de casa, ni quebraréis hueso suyo". (Vers. 46). No se podía hallar una figura más hermosa de lo que constituye "Un cuerpo y un Espíritu", que la que se nos presenta aquí. (Efes. 4:4). La Iglesia de Dios es una. Dios la ve así, la sostiene así, y la manifestará como tal, delante de los ángeles, de los hombres y de los demonios, a pesar de todo cuanto se ha hecho para poner obstáculos a esta unidad santa. Que Dios sea bendito, la unidad de su Iglesia está puesta bajo su guarda como la fué el cuerpo de su bien Amado sobre la cruz: sí, la unidad de la Iglesia está tan bien guardada por Dios como su justificación, su aceptación y su seguridad eterna. A pesar de la violencia y dureza de corazón de los soldados romanos, El supo hacer cumplir la escritura que decía refiriéndose a Cristo: "Ni quebrarán hueso en él", y luego en otra parte: "El guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado". (Núm. 9:12; Salmo 34:20; Juan 19:36); e igualmente, a despecho de todas las influencias hostiles puestas en juego de siglo en siglo, Dios guarda a su Iglesia; el cuerpo de Cristo es UNO y será siempre uno solamente. (Comp. Mat. 16:18; Juan 11:52; 1 Cor. 1:13; 12:4-27; Efesios 1:22-23; 2:14-22; 4:3-16). Un cuerpo y un Espíritu; y esto aquí abajo, sobre la tierra. Felices aquellos que han recibido la fe para reconocer esta preciosa verdad, y la fidelidad para practicarla en estos últimos tiempos, a pesar de las dificultades casi insuperables que encontrarán en esta senda. Dios reconocerá y honrará a los que le serán fieles. ¡Quiera el Señor librarnos del espíritu de incredulidad que nos conduciría a juzgar este punto por la vista de nuestros ojos, y no por la luz de su Palabra inmutable!

domingo, 8 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Mateo capítulo 17

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "La santificación" 9

EXODO PARTE 104

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 12 Para formar parte del pueblo de Dios, era necesario ser circuncidado, y la circuncisión tiene su realidad en Cristo. Los cristianos, hechos participantes de la eficacia de su muerte por la potencia de la vida que está en El, y que viene a ser la de ellos, se consideran como muertos, y han despojado ese cuerpo del pecado por la fe; están crucificados con Cristo. Sin embargo, el mismo poder de Dios, tal como obró en Cristo, opera en ellos para darles una nueva vida en Cristo. "Mas si algún extranjero peregrinare contigo, y quisiere hacer la pascua a Jehová, séale circuncidado todo varón, y entonces se llegara a hacerla, y será como el natural de la tierra; pero ningún incircunciso comerá de ella". (Vers. 48). "Los que están en la carne no pueden agradar a Dios". (Rom. 8: 8). La ordenanza de la circuncisión formaba la gran línea de demarcación entre el Israel de Dios y todas las demás naciones que estaban sobre la faz de la tierra; y la cruz del Señor Jesús forma la línea de separación entre la Iglesia y el mundo. Qué importan las ventajas personales o la posición de un hombre; hasta que no se hubiese sometido a la operación de la circuncisión de su carne, no podía tener ninguna parte con Israel. Un mendigo circuncidado estaba mucho más cerca de Dios que un rey incircunciso. Lo mismo ahora, tampoco se puede tener ninguna parte en los goces de los redimidos de Dios, si no es por la cruz de nuestro Señor Jesucristo; y esta cruz abate todas las pretensiones, derriba todas las distinciones, y une todos los redimidos en una santa congregación de adoradores lavados por la sangre. La cruz constituye una barrera tan elevada, una muralla tan impenetrable, que ningún átomo del mundo o de la vieja naturaleza puede atravesarla para venir a mezclarse con la "nueva creación". "Si alguno está en Cristo, nueva criatura es... He aquí todas (las cosas) son hechas nuevas. Y todo esto es de Dios, el cual nos reconcilió a sí por Cristo". (2 Cor. 5:17-18). Continuará...

sábado, 7 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Mateo capítulo 16

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "La santificación" 8

EXODO PARTE 103

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 12 "Los zapatos en los pies" denotaban que Israel estaba dispuesto para abandonar su estado presente; mientras que "el bordón" en la mano, era el expresivo emblema de un pueblo que peregrinaba, apoyándose en algo que estaba fuera de él. ¡Quiera Dios que estos preciosos rasgos aparezcan más frecuentemente en cada uno de los miembros de su gran familia redimida! Querido lector cristiano, "meditemos estas cosas, ocupándonos en ellas". (1 Tim. 4:15) Por la gracia de Dios, nosotros hemos experimentado la eficacia purificadora de la sangre de Jesús; en consecuencia tenemos el privilegio de alimentarnos de su persona adorable y de regocijarnos en sus insondables riquezas (Efes. 3:8), participando en sus padecimientos, "en conformidad a su muerte". (Fil. 3:10). Mostrémonos, pues, con el pan sin levadura y las hierbas amargas, los lomos ceñidos, los pies calzados y el bordón en la mano. Que se nos vea, en una palabra, llevando el sello de un pueblo santo, de un pueblo crucificado, de un pueblo vigilante y activo, de un pueblo marchando manifiestamente "al encuentro de Dios", hacia la gloria, siendo destinados "al reino". Que Dios nos conceda penetrar en la profundidad y en la potencia de estas cosas, de tal manera que no sean solamente teorías o un asunto de inteligencia y de interpretación de las Escrituras, sino realidades vivas, divinas, conocidas por experiencia, y manifestadas en nuestras vidas, a la gloria de Dios. Terminaremos este capítulo dando una ojeada a los últimos versículos, del 43 al 49. Estos versículos nos enseñan que todo verdadero Israelita tenía el privilegio de comer la pascua, mientras que ningún extranjero incircunciso debía participar de ella: "Ningún extraño comerá de ella... Toda la congregación de Israel le sacrificará". La circuncisión era necesaria antes que se pudiese comer la pascua. En otras palabras, es menester que nuestra naturaleza haya estado bajo la sentencia de muerte, antes que podamos nutrirnos de Cristo de una manera inteligente, ya sea como fundamento de paz, o como centro de unidad. La cruz es el antitipo de la circuncisión, esa señal divina de la alianza de Dios con los Judíos, y del despojamiento de la carne. (Comp. Col. 2:11-12). Continuará...

viernes, 6 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Mateo capítulo 15

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "La santificación" 7

EXODO PARTE 102

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 12 ¡Qué hermoso cuadro nos ofrece la congregación de Israel, protegida por la sangre, y comiendo en paz el cordero asado con pan sin levadura y hierbas amargas! Ningún temor de juicio; ningún temor de la ira de Jehová; ningún temor de la justa venganza, que como furiosa tormenta, barría, a media noche, todo el país de Egipto. En aquella misma hora, todo era paz profunda detrás de las puertas rociadas con sangre. Los Israelitas nada debían temer de fuera, y nada podía turbarles en el interior tampoco, a no ser la levadura, que habría quebrantado toda su paz y su gozo. ¡Qué ejemplo para la Iglesia! ¡Qué enseñanza para el cristiano! Que Dios nos ayude a comprender su profundo significado y a someternos a él con espíritu dócil y obediente. Mas no es esto solamente lo que debemos aprender en la institución de la Pascua. Hemos considerado la posición de Israel, y la comida que nutría a Israel; ahora debemos considerar el vestido de Israel. "Y así habéis de comerlo: ceñidos vuestros lomos, vuestros zapatos en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente; es la Pascua de Jehová". (Vers. 11). Los Israelitas debían comer la Pascua como un pueblo que se halla presto a dejar tras sí el país de la muerte y de las tinieblas, de la ira y del juicio, para marchar adelante hacia el país de la promesa, hacia la herencia que les estaba destinada. La sangre que les había preservado de la destrucción de los primogénitos de Egipto, era también el fundamento de la redención de su esclavitud en Egipto; y ahora, sólo les restaba ponerse en marcha y caminar con Dios hacia la tierra que fluye leche y miel. Es cierto que no habían atravesado aun el mar Rojo; que tampoco habían andado aun el "camino de tres días"; sin embargo, en principio, eran ya un pueblo redimido, un pueblo separado, un pueblo que dependía de Dios; y era preciso que también sus vestidos estuviesen en armonía con su posición actual y su destino futuro. "Los lomos ceñidos" de Israel manifestaban una separación rigurosa y sostenida de todo aquello que le rodeaba, y mostraban que era un pueblo preparado para el servicio. Continuará...

jueves, 5 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Mateo capítulo 14

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "La santificación" 6

EXODO PARTE 101

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 12 Al contemplar la cruz, descubrimos en ella lo que borra toda nuestra iniquidad, y el alma queda así llena de gozo y paz. Pero la cruz pone también completamente a un lado la naturaleza humana; ella representa la crucifixión de "la carne", y la muerte del "viejo hombre". (Véase Rom. 6:6; Gál. 2:20; 6:14; Col. 2:11). Estas verdades, en sus resultados prácticos, contienen muchas cosas "amargas" para nuestra vieja naturaleza, y nos conducirán al renunciamiento de nosotros mismos, y a la mortificación de nuestros miembros que están sobre la tierra (Col. 3:5); a tener el Yo como muerto al pecado. (Rom. 6:11). Todas estas cosas pueden parecer terribles cuando se contemplan de lejos, pero una vez que se ha penetrado en el interior de la casa cuya puerta ha sido rociada con sangre, se ven de una manera bien distinta. Las mismas hierbas, que sin duda habrían parecido tan amargas a un Egipcio, formaban una parte integrante de la fiesta de la libertad de Israel. Los que son redimidos por la sangre del Cordero, y conocen el gozo de la comunión con El, consideran como una verdadera "fiesta" rechazar el mal y tener al "viejo hombre" crucificado. "Ninguna cosa dejaréis de él hasta la mañana; y lo que habrá quedado hasta la mañana, habéis de quemarlo en el fuego". (Vers. 10). Este mandamiento nos enseña que la comunión de la congregación de Israel no debía ser separada, en ninguna manera, del sacrificio sobre el cual se fundaba esta comunión. Es necesario que el corazón guarde siempre el vivo recuerdo de que toda verdadera comunión está inseparablemente unida a una redención cumplida. Creer que se pueda tener comunión con Dios basada en cualquier otra cosa, es imaginarse que Dios puede tener comunión con el pecado que mora en nosotros; y creer que se pueda establecer una verdadera comunión con el hombre apoyándola sobre otro fundamento, es sencillamente organizar una reunión impura y profana de la cual no puede resultar otra cosa que confusión e iniquidad. En una palabra; es necesario que todo esté fundamentado sobre la sangre, e inseparablemente unido a ella. Tal es la clara significación de esta ordenanza, que ordenaba comer; el cordero pascual la misma noche en que la sangre había sido derramada. La comunión no debe estar separada de aquello que es su verdadero fundamento. Continuará...

miércoles, 4 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Mateo capítulo 13 B

EXODO PARTE 100

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 12 Asimismo, en "las hierbas amargas", que debían acompañar al pan sin levadura, se hallaba la misma utilidad moral y una figura igualmente significativa. No podemos disfrutar de la participación en los padecimientos de Cristo, sin recordar lo que ha motivado esos sufrimientos; y este recuerdo debe producir en nosotros necesariamente un espíritu de mortificación y sumisión, disposición justamente representada por "las hierbas amargas" en la fiesta de la Pascua. Si el cordero asado representa a Cristo, sufriendo la justicia de Dios, en su propia persona, clavado en la cruz, las hierbas amargas significan que el creyente reconoce esta verdad, que Cristo sufrió por nosotros. "El castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados". (Is. 53:5). A causa de la excesiva ligereza de nuestros corazones, es muy conveniente que comprendamos bien el profundo significado de las hierbas amargas. ¿Quién puede leer tales porciones de las Escrituras como los Salmos 6, 22, 38, 69, 88 y 109, sin comprender, en alguna medida, lo que representa el pan sin levadura comido con las hierbas amargas? Una vida prácticamente santa, unida a una profunda sumisión del alma, debe ser el fruto natural de la comunión verdadera con los padecimientos de Cristo; porque es imposible que el mal moral y la ligereza de espíritu puedan subsistir en presencia de tales sufrimientos. Considerando estas verdades, es posible que alguno se pregunte: "¿No experimenta el alma un gozo inefable al sentir que Cristo ha llevado nuestros pecados por nosotros, y que ha apurado hasta las heces la copa de la justa ira de Dios?" Sí, por cierto, y esto constituye el fundamento de nuestro gozo. Mas ¿podremos olvidar nunca que Cristo sufrió "por nuestros pecados"? ¿Podemos perder de vista esta verdad, potente entre todas para subyugar las almas, que el Cordero de Dios inclinó su cabeza bajo el peso de nuestras transgresiones? Ciertamente que no. Es necesario que comamos nuestro cordero con las hierbas amargas, que, no hay necesidad de decirlo, no representan las lágrimas de un vano y superficial sentimentalismo, sino las experiencias profundas y reales de un alma que comprende el significado y el efecto práctico de la cruz, con la inteligencia y poder del Espíritu. Continuará...

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "La santificación" 5

martes, 3 de junio de 2025

EXODO PARTE 99

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 12 La sanción que damos al mal, si bien no rompe el lazo que nos une eternamente a Dios, destruye nuestra comunión. Los que pertenecen a la congregación de Dios deben ser santos; no sólo han sido librados de la culpa, y de las consecuencias del pecado, sino también de la práctica, del poder y del amor al pecado. El mero hecho de ser librado Israel por la sangre del cordero, le imponía la obligación de arrojar de sí toda levadura. Los Israelitas no podían decir, según el horrible lenguaje del antinómico: "Ahora que ya somos salvos, bien podemos hacer aquello que mejor nos parezca". ¡En ninguna manera! Si bien habían sido salvos por gracia, lo eran para andar en santidad. Un alma que puede jactarse de la gracia gratuita de Dios y de la divina perfección de la redención obrada por Cristo Jesús para "perseverar en pecado" (Rom. 6: 1), muestra claramente que no ha comprendido ni la gracia, ni la redención. La gracia no solamente salva el alma con salvación eterna, sino que le comunica una nueva naturaleza que se deleita en todo lo que es de Dios, porque es divina. Somos hechos participantes de la naturaleza divina, que no puede pecar, porque es nacida de Dios. (Juan 1:13; 3:3, 5; 2 Ped. 1:4; 1 Juan 3:9; 5:18). Andar según el poder de esta naturaleza divina, es realmente "guardar" la fiesta de los panes sin levadura. En la nueva naturaleza no hay ni "vieja levadura", ni "levadura de malicia y de maldad" (1 Cor. 5:8), porque ella viene de Dios, y Dios es santo, y Dios es amor. (1 Juan 4:8). Es, pues, evidente que no es con objeto de mejorar nuestra vieja naturaleza, irremisiblemente mala y corrompida, que nosotros desechamos la vieja levadura, ni tampoco lo hacemos para obtener la nueva, sino porque ya poseemos ésta. Nosotros tenemos la vida, y por el poder de esta vida, rechazamos el mal. Sólo cuando hemos sido librados de la culpa del pecado, podemos comprender y manifestar la verdadera potencia de la santidad; querer hacerlo antes es un trabajo inútil. No se puede guardar la fiesta de los panes sin levadura sin estar bajo el perfecto refugio de la sangre. Continuará...

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Mateo capítulo 13A

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "La santificación" 4

lunes, 2 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Mateo capítulo 12B

EXODO PARTE 98

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 12 Un solo pensamiento impuro interrumpe la comunión del alma, y mientras la mancha, producida por este pensamiento, no ha sido quitada por la confesión, fundada en la intercesión de Cristo, es imposible que la comunión sea restablecida. (Véase 1 Juan 1:5-10; comp. Salmo 32:3-5). El cristiano de corazón recto se regocija de que esto sea así, y puede celebrar siempre la memoria de la santidad de Dios. (Salmos 30:4; 97:12). Aunque el cristiano pudiese, no quisiera, en ninguna manera, disminuir la medida de la santidad ni siquiera en el grueso de un cabello. Es un gran gozo para el creyente saber que camina en la compañía de Aquél que no puede soportar, ni por un solo momento, el contacto con el más pequeño átomo de "levadura". Que Dios sea bendito por ello, nosotros sabemos que nada puede romper el lazo que une al verdadero creyente con El. Somos salvos "en Jehová", no con una salvación condicional, sino con "salud eterna". (Is. 45:17). Mas la salvación y la comunión son dos cosas distintas. Hay muchas personas que son salvas y no lo saben, y también muchas que son salvas y no gozan de ello. Es imposible que yo me sienta feliz, aun estando protegido por el dintel rociado con sangre, si hay levadura en mi morada. Este es un verdadero axioma en la vida espiritual. ¡Ojalá que fuese escrito en todos nuestros corazones! Aunque la santidad práctica no es el fundamento de nuestra salvación, está íntimamente unida al gozo de nuestra salvación. El Israelita no era salvo por el pan sin levadura, sino por la sangre; sin embargo, el pan leudado le habría privado de la comunión. Y, en lo concerniente al cristiano, no es salvo por la santidad, mas por la sangre; no obstante, si él se permite hacer lo malo, ya sea en pensamiento, en palabras o en hechos, no tendrá nunca el verdadero gozo de la salvación, ni la comunión verdadera con la persona del Cordero. No dudo que en este hecho está el secreto de una buena parte de la esterilidad espiritual y de la falta de paz, verdadera y constante, que se observa entre los hijos de Dios. No practican la santidad, no guardan "la fiesta de los panes sin levadura". (Ex. 23:15). La sangre está puesta en el dintel; pero la levadura que se halla en sus moradas les impide gozar de la seguridad que les ofrece la sangre. Continuará...

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "La santificación" 3

domingo, 1 de junio de 2025

Ministerio cristiano evangélico: Manantial de Vida, Mateo capítulo 12A

EXODO PARTE 97

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 12 Pero ¿cómo debía ser comido ese cordero? Con "panes sin levadura; con hierbas amargas". Según las Escrituras, la levadura es el emblema del mal. En ninguna parte del Antiguo ni del Nuevo Testamento se menciona la levadura como significación de algo puro, santo o bueno. Así, en este capítulo, "la fiesta de los ázimos", es el tipo de una separación práctica del mal, separación que es el resultado de haber sido lavados con la sangre del cordero, y que es la consecuencia necesaria de la comunión en sus padecimientos. Sólo el pan completamente limpio de levadura puede ser comido con el cordero asado; la más pequeña cantidad de lo que representa el mal habría destruido el carácter espiritual de toda la ordenanza. ¿Cómo podríamos nosotros mezclar cualquier mal a nuestra comunión con los padecimientos de Cristo? Es imposible; y todos aquellos que por el poder del Espíritu hayan comprendido la significación de la cruz, echarán de sí, por este mismo poder, toda levadura de entre ellos. "Porque nuestra pascua, que es Cristo, fué sacrificada por nosotros. Así que hagamos fiesta, no en la vieja levadura de malicia y de maldad, sino en ázimos de sinceridad y de verdad. (1 Cor. 5:7-8). La fiesta de que aquí se trata es aquella que, en la vida y en la conducta de la Iglesia, corresponde a la fiesta de los panes sin levadura. Esta fiesta duraba "siete días"; y la Iglesia, colectivamente, y el cristiano, individualmente, son llamados a andar en santidad práctica durante los siete días, o sea todo el tiempo de su carrera aquí abajo; y esto como resultado directo del hecho de ser lavados en la sangre del Cordero, y tener comunión con los padecimientos de Cristo. El Israelita no quitaba la levadura de su morada para ser salvo, sino porque lo era ya; y si él descuidaba de quitarla, no comprometía por esto, por grave que fuese esta falta, la seguridad que tenía por la sangre, sino su comunión con el altar y con la congregación. "Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas, porque cualquiera que comiere leudado, así extranjero como natural del país, aquella alma será cortada de la congregación de Israel". (Vers. 19). Para el Israelita, el ser cortado de la congregación corresponde precisamente para el cristiano a la suspensión de la comunión, cuando se permite hacer alguna cosa contraria a la santidad de la presencia de Dios. Dios no puede tolerar el mal. Continuará...

Ministerio cristiano : Manantial de Vida, Audiolibro "La santificación" 2