lunes, 23 de junio de 2025

EXODO PARTE 119

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 14 Sin embargo, cuando Dios, en su grande misericordia, abre un camino, la fe puede andar por él; ella deja la senda del hombre para seguir la de Dios. "Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? di a los hijos de Israel que marchen". (Vers. 15). Cuando hemos aprendido a "estar quietos", entonces podemos efectivamente marchar adelante; de otra manera, todos nuestros esfuerzos no tendrán otro resultado que poner de manifiesto nuestra necedad y flaqueza. La verdadera sabiduría consiste en permanecer "tranquilos" cualquiera que sea la dificultad o perplejidad en que nos hallemos, esperando únicamente en Dios, quien, ciertamente, nos abrirá un camino; y entonces podremos "marchar" tranquilos y en paz. La incertidumbre no existe cuando es Dios quien nos abre el camino; de lo contrario, todo camino de nuestra propia invención será un camino de vacilación y de duda. El hombre no regenerado puede marchar con cierta apariencia de firmeza y decisión, en su propia senda; pero uno de los sentimientos que mejor distinguen a la nueva criatura, es la desconfianza en sí misma, y la confianza en Dios quien siempre responde a ella. Cuando nuestros ojos han visto la salud de Dios, entonces podemos seguir esta senda; mas no podremos verla claramente sin ser antes convencidos de la inutilidad de nuestros propios y miserables esfuerzos. En la expresión "Ved la salud de Jehová", se encierra un poder y una hermosura especial. El mismo hecho de ser llamados a "ver" la salvación de Jehová, prueba que ésta es una salvación completa. Además, nos enseña que la salvación es una obra realizada y revelada por Dios para que podamos verla y gozarnos en ella. La salvación no es una obra en parte de Dios y en parte del hombre; porque en este caso no podría ser llamada la salvación de Dios. (Comp. Luc. 3: 6; Hech. 28:28). Para poder ser la salvación de Dios es preciso que esté desprovista de todo lo que es del hombre, porque el único resultado posible de los esfuerzos humanos será obscurecer ante nuestros ojos la salvación de Dios. Continuará...

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