jueves, 26 de junio de 2025

EXODO PARTE 121

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 14 "Di a los hijos de Israel que marchen". Parece como si el mismo Moisés se hubiese quedado perplejo en cuanto a lo que debía hacer; porque Jehová le dice: "¿Por qué clamas a mí?" Moisés podía haber dicho al pueblo: "Esperad y ved la salud de Jehová", mientras que él presentaba a Dios las peticiones de su alma angustiada, clamando a El por misericordia. No obstante, es inútil clamar cuando deberíamos obrar, como lo es obrar cuando deberíamos esperar, y precisamente siempre hacemos así; probamos de avanzar cuando deberíamos pararnos, y nos paramos cuando deberíamos avanzar. Los Israelitas podían preguntarse muy naturalmente: "¿Y dónde vamos a ir?" Una barrera infranqueable parecía impedir todo movimiento de avance. ¿Cómo atravesar el mar? He aquí la dificultad. Jamás la naturaleza había podido resolver esta cuestión; pero podemos estar ciertos que Dios no da nunca un mandamiento sin comunicar al mismo tiempo el poder para obedecerlo. El estado real del corazón puede ser puesto a prueba por el mandamiento, mas el alma que, por la gracia, está dispuesta a obedecer, recibe de arriba el poder para hacerlo. El hombre a quien Cristo mandó extender su mano seca, habría podido preguntar también "¿Cómo puedo extender una mano seca?"; pero ninguna pregunta hizo, porque con el mandato, y de la misma fuente, vino el poder para obedecer. (Comp. Luc. 5:23-24; Juan 5:8-9, etc.) Así también, para Israel, junto con la orden de marcha vino el poder para abrir un camino. "Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre la mar, y divídelo; y entren los hijos de Israel por medio de la mar en seco. (Vers. 16). Este era el camino de la fe. La mano de Dios abre la senda para que podamos dar el primer paso, y la fe se contenta con esto. Dios no da nunca la dirección para dar dos pasos a la vez. Es necesario que primero demos un paso; luego recibiremos luz para dar otro, y así sucesivamente nuestro corazón será guardado en una continua dependencia de Dios. "Por fe pasaron el mar Bermejo como por tierra seca". (Heb. 11:29). Sin duda, el mar no fué dividido en toda su extensión de una sola vez; Dios quería conducir a su pueblo "por fe" y no "por vista". Continuará...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario