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miércoles, 11 de junio de 2025
EXODO PARTE 107
ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO
Por C.H.M.
CAPITULO 13
Dios nos ha preparado un camino de buenas obras para que nosotros andemos en ellas, y, por su gracia, nos prepara a fin de que podamos andar en ellas. Y sólo cuando hemos sido salvos podemos andar en ese camino. Si fuese de otra manera, podríamos gloriamos; pero, considerándonos nosotros solamente como la obra de Dios, y siéndolo también el camino por el cual andamos, ningún motivo nos queda para gloriamos. (Rom. 3: 27; 1 Cor. 1:27-31).
El verdadero cristianismo sólo consiste en la manifestación de la vida de Cristo, implantada en nosotros por la operación del Espíritu Santo, según los eternos consejos de la gracia soberana de Dios; y todas las obras que han precedido en nosotros a la implantación de esta vida, no son más que "obras muertas" (Heb. 6:1), de las cuales nuestra conciencia debe ser purificada lo mismo que de las "malas obras". (Heb. 9:14). La expresión "obras muertas" abarca todas las obras que los hombres hacen con el fin de obtener la vida. Si alguno busca la vida, es evidente que no la posee aun; es muy posible que sea sincero en su afán por hallarla, mas su misma sinceridad prueba bien claramente que no tiene la menor confianza de haberla encontrado. Así pues, toda obra, hecha con la intención de obtener la vida, es una "obra muerta", porque está hecha sin la vida, la vida de Cristo, la sola vida verdadera, la única fuente de la cual pueden manar las buenas obras. Y, nótese bien, no se trata aquí de "malas obras ; ninguna persona soñaría en obtener la vida por tales medios.
Al contrario, se vera como se recurre constantemente a las "obras muertas" como medio para aligerar la conciencia oprimida bajo el peso de las "malas obras"; mientras en la revelación divina se nos enseña que la conciencia necesita purificarse de las unas así como de las otras.
En cuanto a nuestra propia justicia, también leemos en otra parte que "todas nuestras justicias (son) como trapo de inmundicia". (Is. 64:6). No se dice aquí que sólo "todas nuestras maldades" son "como trapo de inmundicia". ¿Quién osaría a decir lo contrario? Mas lo que se nos enseña y debemos aprender, es que los mejores frutos que podemos producir, bajo la forma de la piedad y de la justicia, son representados en las paginas de la verdad eterna como "obras muertas" y "trapo de inmundicia". Los mismos esfuerzos que hacemos para conseguir la vida, muestran palpablemente que estamos muertos, y nuestros esfuerzos para alcanzar la justicia prueban que estamos envueltos en trapos de inmundicia. Continuará...
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