Imágenes de buenos días, pensamientos, versículos bíblicos, lectura de libros y videos de música, todo para servir a nuestro visitantes.
domingo, 9 de febrero de 2025
GÉNESIS PARTE 243
RETORNO DE JACOB A BET-EL
El nombre de nuestro altar y el carácter de nuestro culto expresan, el uno y el otro, la misma idea. El culto al “Dios de Bet-el” es más elevado que el culto al “Dios de Israel” porque el primero se relaciona con una idea de Dios más elevada que la del otro, ya que Dios, en este último, en lugar de ser conocido como el Dios de su casa, no aparece más que como el Dios de un solo individuo. Sin duda este título de “Dios de Israel” es la expresión de su gracia maravillosa, y el alma no puede menos que sentirse dichosa cuando considera el carácter de este Dios que se pone en relación con cada una de las piedras del edificio y cada uno de los miembros de su cuerpo por separado.
Toda piedra en el edificio de Dios es una “piedra viva”, unida a “la Piedra viva”, teniendo comunión con el “Dios vivo” por el poder del “Espíritu de vida” (1 Pedro 2:4; Romanos 8:2, 10). Pero, por verdadero que sea todo esto, Dios no es menos el Dios de su casa; y cuando, por una inteligencia espiritual más desarrollada, somos más capaces de considerarle como a tal, nuestro culto entero toma un carácter más elevado que el que surge de una mera apreciación de lo que El es para nosotros individualmente.
El altar de Bet-el
El llamamiento hecho a Jacob para que vuelva a Bet-el encierra también otra idea. “Levántate y sube a Bet-el, y quédate allí; y haz allí un altar al Dios que te apareció cuando huías de tu hermano Esaú”. Es bueno que a menudo se nos traiga a la memoria lo que éramos en la época de nuestra vida en la cual nos veíamos desechados como la escoria. Así Samuel recordó a Saúl el tiempo en que era “pequeño en sus propios ojos” (1 Samuel 15:17); y cada uno de nosotros necesita acordarse con frecuencia de cuando era “pequeño en sus propios ojos”. Cuando somos pequeños en nuestros propios ojos el corazón se apoya de verdad en Dios. Después acaso nos creemos algo y es preciso que el Señor vuelva a hacernos sentir nuestra nulidad. Al principio de la vida de servicio o de testimonio ¡cuánto siente el alma su debilidad y falta de capacidad! Y, por consiguiente, ¡cuánta necesidad siente de su dependencia de Dios! ¡Cuánta oración ferviente le dirige para obtener poder y auxilio! Continuará...
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
-
Un hombre mundano y un hombre de fe Luego se siente libre para dedicar los restantes seis días d...
-
ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL Por C.H.M. El incrédulo considera solamente los esfuerzos que hace el enemigo para contrarrestar los planes de ...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario