LA PALABRA DE DIOS REVELADA A LOS HOMBRES 8

CAPITULO OCHO MI PANAL Y MI MIEL “He entrado ya en mi jardín, hermana y novia mía, y en él recojo mirra y bálsamo; allí me sacio del panal y de su miel. Allí me embriago de vino y leche; ¡todo esto me pertenece!” (Cantares 5: 1) El lenguaje bíblico está enriquecido de figuras y sombras de lo que existe en la esfera espiritual. La miel es figura de “Revelación” “Empero Jonathán no había oído cuando su padre conjuró al pueblo, y alargó la punta de una vara que traía en su mano, y mojóla en un panal de miel, y llegó su mano á su boca; y sus ojos fueron aclarados” (1 Samuel 14: 27) Dios revela sus secretos en la intimidad, y necesitamos una revelación fresca que nos ayude a comprender los pasajes más difíciles de entender. Pablo predicaba de Jesucristo con claridad y seguridad, según la revelación que había recibido de Él, y eso lo vemos plasmado en sus epístolas, un mensaje claro y comprensible. No acostumbro a predicar lo que no puedo entender, prefiero predicar de lo que si entiendo, porque mi propósito al hacerlo, es que mis oyentes puedan ser edificados y eso pasará si yo me doy a entender cuando predico, necesitamos tener nuestras propias experiencias con el Señor, de esa manera podemos entender y conocer al Señor; el vino nos habla de gozo. “¡Anda, come tu pan con alegría! ¡Bebe tu vino con buen ánimo, que Dios ya se ha agradado de tus obras!” (Eclesiastés 8: 7) La leche nos habla de la palabra de Dios (Niños) como también el alimento sólido (Adultos) Espero que este libro les motive a buscar a Dios con más regularidad, y que despierte en ustedes el deseo de conocer y entender a Dios, algo que solamente se puede obtener teniendo esos tiempos a solas con Dios, es allí donde Dios les abrirá su corazón y les compartirá sus intimidades, sus secretos. Creo que vale la pena… ¿Y usted qué cree? FIN