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miércoles, 9 de julio de 2025
EXODO PARTE 132
ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL
EXODO
Por C.H.M.
CAPITULO 15
El tierno y lozano verdor de la primavera, con ese encanto que le es peculiar, desaparece bien pronto ante los abrasadores calores del estío; pero este mismo calor, que destruye el espléndido y verde ropaje de la primavera., produce, por su acción bienhechora, los dulces y maduros frutos del otoño. Lo mismo acontece en la vida cristiana; sabida es la grande analogía que existe, muy notable e instructiva por cierto, entre los principios que rigen el reino de la naturaleza, y aquellos que caracterizan el reino de la gracia, siendo los unos y los otros la obra del mismo Dios.
Nosotros podemos contemplar a Israel bajo tres posiciones distintas: en Egipto, en el desierto y en la tierra de Canaán. En cada una de estas posiciones son una "figura de nosotros"; aunque en cuanto a nosotros, nos hallamos en las tres posiciones a la vez. Esto puede parecer algo paradójico, pero es absolutamente cierto. En realidad, nosotros nos encontramos en Egipto, rodeados por las cosas de la naturaleza que se adaptan perfectamente al corazón natural. Pero, por cuanto por su gracia, Dios nos ha llamado a tener comunión con su Hijo Jesucristo, y según los afectos y deseos de la nueva naturaleza que hemos recibido de El, estamos necesariamente, fuera de todo aquello que pertenece a Egipto, es decir, al mundo en su estado natural; y esto nos hace experimentar lo que es el desierto; o en otras palabras, nos pone, en cuanto a nuestra experiencia, en el desierto. La naturaleza divina suspira ardientemente por otro orden de cosas, por una atmósfera más pura que aquella que nos rodea, y nos hace sentir, con sus anhelos, que el Egipto es, moralmente, un desierto.
Entre Egipto y Babilonia hay una inmensa diferencia moral que es de suma importancia comprender. Egipto era el lugar de donde Israel había salido; Babilonia el lugar a donde fué transportado más tarde. (Comp. Amós 5:25-27 con Hech. 7:42-43). Egipto es la figura de lo que el hombre ha hecho del mundo; Babilonia, es la figura de lo que Satán ha hecho, hace, y hará con la Iglesia. Así que nosotros no estamos solamente rodeados con las "circunstancias" de Egipto, sino también con los principios morales de Babilonia. Continuará...
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