lunes, 7 de julio de 2025

EXODO PARTE 130

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 15 No han terminado todavía con ellas mismas; aun no han atravesado el mar, ni, como un pueblo bautizado en un bautismo espiritual, han tomado lugar en la orilla, por la potencia de la resurrección; están aún ocupándose de ellas mismas, en un sentido u otro; no consideran el yo como una cosa crucificada, con la cual Dios ha terminado para siempre. Qué el Espíritu Santo dé a todos los hijos de Dios una inteligencia más completa y más digna de su posición y de sus privilegios, haciéndoles comprender que, lavados de sus pecados en la sangre de Cristo, están delante de Dios en la misma gracia infinita y perfecta con que Cristo está allí, como el Jefe resucitado y glorificado de su Iglesia. Las dudas y temores no sientan bien a los hijos de Dios, porque su divino Sustituto no ha dejado ni la sombra de un fundamento donde pueda apoyarse la más pequeña duda o el más ligero temor. Su lugar está detrás del velo. Ellos tienen "la libertad para entrar en el santuario por la sangre de Jesucristo". (Heb. 10:19). ¿Pueden haber dudas y temores en estos lugares santos? ¿No es evidente que el que duda pone en tela de juicio la perfección de la obra de Cristo, esta obra a la cual Dios ha rendido testimonio delante de toda inteligencia creada, por la resurrección de Cristo de entre lo muertos? Cristo no habría podido salir de la tumba sin que todo motivo de duda o temor para su pueblo fuese completamente desvanecido. Por lo tanto, el cristiano tiene el glorioso privilegio de poderse regocijar siempre en una salvación perfecta. Dios mismo ha venido a ser "su salvación", y nada más debe hacer excepto gozar de los frutos de la obra que Dios ha realizado en favor suyo, y vivir para su gloria esperando el tiempo cuando "Jehová reinará por los siglos de los siglos". (Vers. 18). En el cántico de Moisés y de los hijos de Israel, hay un pasaje sobre el cual quisiera llamar la atención del lector de una manera particular. "El es mi Dios, y yo le prepararé una habitación". (Vers. 2, citado según la versión inglesa). Es digno de notarse que en el momento cuando el corazón desborda del gozo de la salvación, expresa el deseo de preparar "una habitación" a Dios. Continuará...

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