miércoles, 28 de mayo de 2025

EXODO PARTE 93

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL EXODO Por C.H.M. CAPITULO 12 Nunca meditará mi lector con demasiada atención este asunto tan solemne e importante. Hay dos puntos relativos a esta cuestión, de los cuales conviene acordarse siempre, a saber: que no había unión posible con Cristo sino por medio de la resurrección; y que Cristo sufrió por los pecados solamente en la cruz. No debemos imaginarnos que Cristo nos ha unido a si por su encarnación; esto era imposible. ¿Cómo habría podido unirse con El de esa manera nuestra carne de pecado? Necesariamente el cuerpo del pecado debía de ser destruido por la muerte; era necesario que el pecado fuese quitado: la gloria de Dios exigía esto, y también que todo el poder del enemigo fuese abolido. ¿Cómo podían ser satisfechas estas exigencias sino por la sumisión del Cordero de Dios, precioso y sin mácula, a la muerte de cruz? "Porque convenía que aquel por cuya causa son todas las cosas, y por el cual todas las cosas subsisten, habiendo de llevar a la gloria a muchos hijos, hiciese consumado por aflicciones al autor de la salud de ellos". (Hebr. 2:10). "He aquí, echo fuera demonios, y acabo sanidades hoy y mañana, y al tercer día soy consumado" (Luc. 13:32). La expresión "consumado", que hallamos en los dos pasajes citados más arriba, no se relaciona con la persona de Cristo de una manera abstracta, por cuanto, como Hijo de Dios, El era perfecto de toda eternidad, y en cuanto a su humanidad, fué también igualmente perfecto. Pero como "autor de la salud", como "habiendo de llevar a la gloria a muchos hijos", y para asociarse un pueblo redimido, fué necesario que llegase al "tercer día" para ser "consumado". El solo descendió al "lago de miseria del lodo cenagoso"; pero inmediatamente puso sus "pies sobre la peña" de la resurrección y se asoció "muchos hijos". (Sal. 40:1-3). El solo combatió en la batalla; mas, como vencedor poderoso, distribuye entre los que le rodean el rico botín, fruto de su victoria, a fin de que nosotros lo recojamos y lo gocemos eternamente. Continuará...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario