lunes, 21 de abril de 2025

EXODO PARTE 56

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL
Por C.H.M. CAPITULOS 5 y 6 Conocía el montante de la deuda, y la ha pagado. Sabía cuánto había por hacer, y lo ha cumplido todo. Las exigencias de su propia gloria debían ser satisfechas, y las ha satisfecho. Toda la obra es enteramente suya. Por esto dijo a Israel: "Yo os sacaré"; "Yo os meteré"; "Yo os tomaré por mi pueblo"; "Yo os daré (la tierra) por heredad. "YO JEHOVA". Esto era lo que El quería hacer, en virtud de lo que "El era", y mientras tanto que esta grande verdad no ha sido plenamente comprendida, y no ha sido recibida en el alma por la potencia del Espíritu Santo, no puede haber una paz sólida. No se puede tener el corazón feliz ni la conciencia tranquila, a menos de saber y creer que todos los derechos divinos han sido divinamente satisfechos. El resto del capítulo contiene un registro de "cabezas de las familias" de los padres de Israel. Este registro es interesante en cuanto nos muestra a Jehová haciendo el empadronamiento de los que le pertenecen, aunque ellos habitan todavía en el país del enemigo. Israel era el pueblo de Dios, y Dios hacía el recuento de aquellos sobre los cuales tenía los derechos de soberano. ¡Qué gracia más maravillosa! ¡Hallar un objeto de interés en aquellos que estaban en medio de la degradación de la servidumbre de Egipto, era una gracia digna de Dios! El que ha hecho los mundos y habita rodeado de los ángeles poderosos en fortaleza, siempre dispuestos para hacer "su voluntad" (Sal. 103:21), descendió aquí abajo con el fin de adoptar algunos esclavos, con cuyo nombre quiso unir el suyo para siempre. Descendió en medio de los hornos de ladrillo del Egipto, y allí vio a un pueblo que gemía bajo el látigo del opresor, y entonces pronunció estas palabras memorables: "Deja ir a mi pueblo". Y habiendo hablado así, se dispuso a contar el número de ellos, como diciendo: Estos son míos; veamos cuántos son para que ninguno sea dejado atrás. "El levanta del polvo al pobre, y al menesteroso ensalza del estiércol, para asentarlo con los príncipes; y hace que tengan por heredad asiento de honra; porque de Jehová son las columnas de la tierra, y él asentó sobre ellas la tierra." (1 Sam. 2:8). Continuará...

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