sábado, 19 de abril de 2025

EXODO PARTE 54

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL
Por C.H.M. CAPITULOS 5 y 6 Podríamos preguntarnos hasta qué punto el "por qué" de Moisés, citado en el pasaje que meditamos, fué dictado por una fe real a la par que por una voluntad mortificada y disgustada. Pero sea como sea, lo cierto es que el Señor no reprende a Moisés por este "por qué" ocasionado por la magnitud de la aflicción del momento. Y El le responde con bondad: "Ahora verás lo que yo haré a Faraón; porque con mano fuerte los ha de dejar ir; y con mano fuerte los ha de echar de su tierra". (Cap. 6:1). Esta respuesta está llena de una gracia particular. En lugar de censurar la insolencia de aquel que se permite poner en entredicho los caminos insondables de "Yo Soy", ese Dios siempre misericordioso procura levantar el espíritu anonadado de su siervo, descubriéndole lo que iba a hacer. Esta manera de obrar es digna de Dios, de quien desciende toda buena dádiva y todo don perfecto, "el cual da a todos abundantemente, y no zahiere". (Sant. 1:5, 17). "Porque él conoce nuestra condición; acuérdase que somos polvo". (Sal. 103:14). Y no es solamente en sus actos, sino en El mismo, en su propio nombre y en su carácter, que El quisiera hacer hallar al corazón la consolación y el gozo; porque allí está la dicha perfecta, divina y eterna. Cuando el corazón halla en Dios mismo el consuelo necesario, cuando puede refugiarse en el seguro asilo que le ofrece su nombre, cuando halla en el carácter de Dios la satisfacción perfecta a todas sus necesidades, entonces está verdaderamente elevado por encima de la región de las cosas creadas; puede abandonar las hermosas promesas del mundo, y estimar en su justo valor las soberbias pretensiones del hombre. El corazón que conoce a Dios por experiencia, puede mirar al mundo y decir: "Todo es vanidad"; pero luego, puestos sus ojos en Dios, puede añadir: "Todas mis fuentes están en ti". (Sal. 87: 7). "Habló todavía Dios a Moisés, y díjole: Yo Soy Jehová; y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob bajo el nombre de Dios Omnipotente, mas en mi nombre Jehová no me notifiqué a ellos. Y también establecí mi pacto con ellos, de darles la tierra de Canaán, la tierra en que fueron extranjeros, y en la cual peregrinaron. Y asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los Egipcios, y heme acordado de mi pacto". (Vers. 2-5). "Jehová" es el nombre que Dios toma como Libertador de su pueblo, en virtud de su alianza de pura y soberana gracia. El se revela a sí mismo como siendo la Fuente eterna del amor redentor; estableciendo sus consejos, cumpliendo sus promesas, y librando a su pueblo elegido de todo enemigo y de todo mal. Continuará...

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