viernes, 28 de marzo de 2025

EXODO PARTE 31

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DEL
Por C.H.M. Pero Moisés hace aun otra pregunta, porque el corazón del hombre está lleno de preguntas: "Y dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros; si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre? ¿qué les responderé?" (Vers. 13). Es sumamente extraño ver como el corazón humano razona y pregunta, cuando debe a Dios una obediencia implícita; pero lo que es más maravilloso todavía es la gracia que soporta tales razonamientos, y responde a cada una de nuestras preguntas, tomando ocasión de todas ellas para hacer resaltar algún nuevo rasgo de esta gracia soberana. "Y respondió Dios a Moisés: Yo soy el que soy. Y -dijo-: Así dirás a los hijos de Israel: Yo soy me ha enviado a vosotros". (Vers. 14). Este título que Dios toma aquí es maravillosamente significativo. Escudriñando en las Escrituras los diversos nombres con que Dios se revela, vemos que cada uno de esos nombres está en relación íntima con las distintas necesidades de aquellos con los cuales Dios se pone en relación. El se revela bajo los nombres de "Jehová-Jiré" (Jehová proveerá) Gén. 22:14; "Jehová-Nissi" (Jehová mi bandera) Exodo 17:15; "Jehová-Tsidkenou" (Jehová justicia nuestra) Jeremías 33:16; "Jehová-Schalom" (Jehová es paz) Jueces 6: 24; para satisfacer las necesidades de su pueblo y cuando se llama a sí mismo "Yo soy" este título encierra todos los demás nombres. ¡Qué maravillosa gracia la de ser llamado a caminar en compañía de Aquél que lleva tal nombre! Estamos en el desierto, y encontramos pruebas, aflicciones, y dificultades; pero mientras tanto que gocemos del privilegio de poder recurrir en todo tiempo y en todas las circunstancias al que se revela a nosotros en su gracia infinitamente variada, según todas nuestras necesidades y flaquezas, no debemos temer el desierto. Cuando Dios se disponía para hacer atravesar el desierto a su pueblo, fué cuando reveló su nombre a Moisés; y aunque el creyente pueda decir ahora "Abba Padre" por el Espíritu de adopción que mora en él, no por esto pierde el privilegio de poder gozar de la comunión con Dios en todas las diversas formas en que El se ha complacido manifestarse. El nombre de "Dios", por ejemplo, es un título que nos lo revela como obrando en la unidad de su propia esencia, manifestando su poder y su divinidad eterna en las obras de la creación. Continuará...

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