miércoles, 19 de febrero de 2025

GÉNESIS PARTE 253

JUDÁ Y TAMAR LA ELEVACIÓN DESPUÉS DE LA PRUEBA Asnat, esposa de José: imagen de la Iglesia unida a Cristo Por ello es de gran importancia pesar bien las consecuencias prácticas que resultan de esta verdad. Reunámonos alrededor de un Jefe resucitado y glorificado en los cielos. Si estuviera Cristo en la tierra, nos reuniríamos alrededor de él; pero, ya que ahora está escondido en los cielos, la Iglesia toma su carácter de la posición de su Cabeza en las alturas. Por eso Cristo pudo decir: “No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo”; y otra vez: “Por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad” (Juan 17:16, 19). Semejante a lo dicho es lo que está escrito en 1 Pedro 2:4-5: “Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”. Si nos reunimos al Nombre de Cristo, es preciso que estemos reunidos a su alrededor tal cual él es y donde él está; y cuanto más captemos, por la enseñanza del Espíritu, la comprensión de estas cosas, tanto mejor comprenderemos también cuál es el proceder que nos conviene observar. La esposa no quedó unida a José ni en la cisterna ni en la cárcel, sino en la dignidad y gloria de su posición en Egipto, y, por lo que a ella toca, es muy fácil comprender la inmensa diferencia que existe entre las dos posiciones. Pero un poco más adelante leemos: “Y nacieron a José dos hijos antes que viniese el primer año del hambre” (41:50). Era preciso que viniera un tiempo de prueba; pero antes apareció el fruto de la unión, siendo llamados a la existencia los hijos que Dios le dio. Así sucederá en cuanto a la Iglesia: todos los miembros que la compondrán serán llamados, el cuerpo entero será completado y reunido a la Cabeza en los cielos antes de la gran tribulación que sobrevendrá a todo el mundo habitado. (Mateo 24:21). Continuará

No hay comentarios.:

Publicar un comentario