miércoles, 12 de febrero de 2025

GÉNESIS PARTE 246

JOSÉ ODIADO POR SUS HERMANOS JOSÉ, BELLO TIPO DE CRISTO Fue Cristo, para el hombre, la revelación perfecta de lo que es Dios, motivo por el cual el hombre está sin “excusa” (Juan 15:22-25). Vino a manifestar a la faz del hombre lo que es Dios, y el hombre odia a Dios con odio perfecto. La más plena manifestación del amor de Dios fue recibida por la más plena manifestación del odio humano. Lo vemos bien en la cruz; pero también la cisterna en la que se echó a José nos proporciona una figura conmovedora. “Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos, conspiraron contra él para matarle. Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador. Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños” (v. 18-20). Estas palabras nos recuerdan vivamente la parábola de los labradores del capitulo 21 del evangelio según Mateo: “Finalmente les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. Mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: Éste es el heredero; venid, matémosle, y apoderémonos de su heredad” (v. 37-38). Dios envió a su hijo al mundo, diciendo: “Tendrán respeto a mi hijo”; pero ¡ay! el corazón humano no tuvo ningún respeto al amado Hijo del Padre. Le echaron fuera. La tierra y el cielo estuvieron divididos respecto a Cristo, y aun lo están. El hombre le crucificó; pero Dios le resucitó de los muertos. El hombre le clavó en la cruz entre dos malhechores, mas Dios le puso a su derecha en el cielo. El hombre le colocó en el último lugar en la tierra, pero Dios le asignó el lugar más elevado, revistiéndole de la más esplendorosa Majestad en los cielos. José, una rama fructífera Todo esto está prefigurado en la historia de José. “Rama fructífera es José, rama fructífera junto a una fuente, cuyos vástagos se extienden sobre el muro. Le causaron amargura, le asaetearon, y le aborrecieron los arqueros; mas su arco se mantuvo poderoso, y los brazos de sus manos se fortalecieron por las manos del Fuerte de Jacob (por el nombre del pastor, la Roca de Israel), por el Dios de tu padre, el cual te ayudará, por el Dios Omnipotente, el cual te bendecirá con bendiciones de los cielos de arriba, con bendiciones del abismo que está abajo, con bendiciones de los pechos y del vientre. Las bendiciones de tu padre fueron mayores que las bendiciones de mis progenitores; hasta el término de los collados eternos serán sobre la cabeza de José, y sobre la frente del que fue apartado de entre sus hermanos” (Génesis 49:22-26). Continuará...

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