lunes, 14 de octubre de 2024

GÉNESIS PARTE 129

RESTAURACIÓN DE ABRAHAM Y SU SEPARACIÓN DE LOT LOT LIBERADO POR ABRAHAM El rey de Sodoma y Melquisedec Ésta fue una preparación eficaz para sostener el encuentro con el rey de Sodoma. Un hombre bendecido por Dios no necesita lo que le puede ofrecer el enemigo; y si el “creador de los cielos y de la tierra” ocupaba su pensamiento, “los bienes” de Sodoma no podían tener sino poco atractivo para él. Así es que, como se podía esperar, cuando el rey de Sodoma le propone: “Dame las personas, y toma para ti los bienes” (v. 21), Abraham le responde: “He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra, que desde un hilo hasta una correa de calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, para que no digas: Yo enriquecí a Abram” (v. 22-23). Abraham rehusó ser enriquecido por el rey de Sodoma. ¿Cómo podría haber soñado librar a Lot del poder del mundo, si él mismo era gobernado por este mundo? No puedo librar al prójimo sino en la medida en que yo mismo estoy libre. Mientras esté yo mismo en el fuego, no puedo librar de él a otra persona. El camino de la separación para Dios es el camino del poder, como lo es también de la paz y de la felicidad. El mundo, bajo todas sus variadas formas, es el gran instrumento del cual se sirve Satanás para debilitar las manos y acabar con los afectos de los siervos de Cristo; pero —Dios sea bendecido por ello—, cuando el corazón es recto para con el Señor, él siempre lo regocija, lo anima y lo fortalece en el momento preciso. “Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él” (2 Crónicas 16: 9). En esto hay una verdad alentadora para nuestros corazones tímidos y claudicantes: Cristo será nuestra fortaleza y nuestro escudo, pues adiestrará nuestras manos “para la batalla” y nuestros dedos “para la guerra” (Salmo 144:1). Él pondrá “a cubierto (nuestra) cabeza en el día de la batalla” y, finalmente, “aplastará en breve a Satanás” bajo nuestros pies (Salmo 140:7; Romanos 16:20). Todo esto es inefablemente consolador para el corazón sinceramente deseoso de proseguir adelante en oposición al mundo, la carne y el demonio. Guarde, pues, el Señor nuestros corazones en integridad hacia él en medio del mundo que nos rodea.Continuará...

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