viernes, 13 de septiembre de 2024

GÉNESIS PARTE 98

LOS TRES HIJOS DE NOÉ Y SU DESCENDENCIA Nimrod y Babilonia Esta porción del libro que estudiamos contiene las listas de las generaciones de los tres hijos de Noé, en las que se menciona especialmente a Nimrod, fundador del reino de Babel, o Babilonia,un nombre que ocupa una posición prominente en las páginas de la historia sagrada. Babilonia es un nombre muy conocido y de una influencia notoria. Desde este capítulo 10 del Génesis hasta el capítulo 18 del Apocalipsis, este nombre aparece una y otra vez, y siempre se identifica con las fuerzas que hostilizan y se oponen al testimonio de los siervos de Dios. No debemos identificar la Babilonia del Antiguo Testamento con la Babilonia del Apocalipsis. De ninguna manera. Una es una ciudad histórica, mientras que la otra es un sistema; pero tanto la ciudad como el sistema ejercen siempre una influencia poderosa que es hostil al pueblo de Dios. Apenas había entrado Israel en su campaña de conquista de la tierra de Canaán cuando un vestido babilónico (Josué 7:21) trae la derrota y el anatema sobre la hueste invasora. Ésta es la primera mención de tal malévola influencia de Babilonia en su contacto con el pueblo de Dios, pero todo estudiante de las Escrituras está al tanto del lugar que Babilonia ocupa a través de toda la historia de Israel. Éste no es lugar para hacer un detallado resumen de todos esos pasajes, pero baste decir que, cada vez que Dios se vale de un testigo en la tierra en la forma de un pueblo o de un testimonio colectivo, Satanás tiene una Babilonia para dañar y corromper ese testimonio. Cuando Dios relaciona su nombre con una ciudad, entonces Babilonia toma la forma de una ciudad; y cuando Dios se identifica con una Iglesia, entonces Babilonia es el sinónimo de una religión corrompida, y merece los asquerosos títulos de “la gran ramera” o “la madre... de las abominaciones” (Apocalipsis 17:1-7). En una palabra, la Babilonia de Satanás es siempre un instrumento que él maneja bien a fin de frustrar las operaciones divinas, sea por su conflicto con Israel como pueblo o con los cristianos como Iglesia. En el Antiguo Testamento, Israel y Babilonia ocupan los opuestos platillos de la balanza, y, cuando sube Israel, baja Babilonia, y viceversa. Continuará...

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