sábado, 24 de agosto de 2024

GÉNESIS PARTE 78

EL DILUVIO Y NOÉ Condición del hombre ante Dios Si las estudiamos a la clara luz de la presencia de Dios, no podemos imaginamos ni por un momento que haya ventaja alguna para los cristianos en el hecho de entrar en relaciones íntimas con los hijos de este siglo, o en que la verdad de Dios se confunda con las ideas de los hombres. Ése no es el modo divino de propagar la verdad o de promover los intereses de aquellos que han sido llamados para ser sus testigos en la tierra. La completa separación entre el bien y el mal es el único principio que Dios reconoce, y es imposible violar este principio sin que suframos gran menoscabo moral. En la narración que tenemos delante de nosotros vemos que las uniones entre los “hijos de Dios” y “las hijas de los hombres” tuvieron consecuencias desastrosas. Es cierto que parecían muy ventajosas y sobremanera deseables a juicio de los hombres, pues leemos que, como resultado de esta mezcla de sangre, “éstos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre” (v. 4). Pero Dios no le dio su aprobación. Él no mira como mira el hombre. Sus pensamientos no son como los nuestros. “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (v. 5). Éste es el cuadro de su condición moral: “solamente el mal”, “de continuo solamente el mal”. Éso ocurre cuando se mezcla lo sagrado con lo profano, y así tiene que suceder siempre. Si la buena semilla no se conserva buena y pura, pierde su derecho a ser testigo y a propagar la verdad en la tierra. El primer esfuerzo de Satanás se dirigía hacia la destrucción de la semilla santa y, cuando vio frustrado ese designio, procuró corromperla. Tiene mucha importancia que el lector comprenda bien lo que la historia nos quiere dar a conocer por medio de esta unión entre “los hijos de Dios” y “las hijas de los hombres”. Existe semejante peligro en los esfuerzos de algunos para comprometer la verdad en obsequio de la armonía y la unión. Es preciso defendemos contra estos compromisos gratuitos. Continuará...

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