viernes, 10 de febrero de 2023

MANANTIALE DE VIDA, LA VIDA DEVOCIONAL DE DAVID

LA VIDA DEVOCIONAL DE DAVID "Oh Dios, tú eres mi Dios; yo te busco intensamente. Mi alma tiene sed de ti; todo mi ser te anhela, cual tierra seca, extenuada y sedienta. Te he visto en el santuario y he contemplado tu poder y tu gloria. Tu amor es mejor que la vida; por eso mis labios te alabarán. Te bendeciré mientras viva, y alzando mis manos te invocaré". (Salmos 63: 1-4) Los momentos difíciles nos impiden a veces, encontrarnos con Dios, es como encontrarnos en el desierto sedientos sin tener agua con que saciar nuestra sed. El rey David se vio obligado a huir al desierto porque Absalón, su hijo, conspiró en su contra y había logrado que parte de los israelitas le siguieran a él, entonces el rey subió a la cumbre del monte de los olivos llorando y con la cabeza cubierta. Es ahí donde nace un ferviente deseo de encontrar a Dios, Él ya había dado orden de que el arca del pacto regresara a donde pertenecía, pero le pide a Dios volverse a encontrar con Él, pero también le dice que, si él no le ha agradado con sus hechos, Dios podría hacer con él lo que el Señor dispusiera. David compara en este salmo su intimidad con Dios con un suculento banquete que con seguridad lo dejará satisfecho, no se conforma con menos, para David, Dios es como el aire que respira o como el agua que es esencial para seguir vivo (Verso 5). Tal es esa necesidad que aún le quita el sueño y pasa toda noche en vela pensando en su hacedor, entiende que el único digno de alabanza es Dios, además, entiende que es Dios el que se hará cargo de sus enemigos, mientras él le rinde alabanza, esa era su vida devocional, en todo tiempo, en todo momento, Dios es su mayor anhelo. "Una sola cosa le pido al SEÑOR, y es lo único que persigo: habitar en la casa del SEÑOR todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del SEÑOR y recrearme en su templo" (Salmos 27: 4) Si a mí me preguntaran que persigo en la vida, de seguro haría un listado interminable, pero David perseguía una sola cosa: ¡Estar en la presencia de Dios todos los días!, no solo el día domingo de culto, ¡Todos los días!, quería contemplar lo hermoso que es Dios, esto era algo que le confortaba, que le daba descanso (Recreo), con razón Dios expresó que el rey David era un hombre conforme al corazón de Dios (Aunque en realidad era una profecía que se refería a Jesucristo, el amado de Dios en quien se complacía) ¿Podrá Dios decir lo mismo de nosotros? yo creo que sí, siempre y cuando el amado de Dios, Jesucristo, esté morando en nuestros corazones.

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