lunes, 23 de enero de 2023

MANANTIALES DE VIDA,, DIOS ES INMUTABLE

DIOS ES INMUTABLE “Yo, el SEÑOR, no cambio. Por eso ustedes, descendientes de Jacob, no han sido exterminados” (Malaquías 3: 6) El mundo cambia cada vez más rápido, es necesario actualizarse para poder subsistir en este sistema mundial, las mismas personas son dadas a los cambios, una nueva casa, un nuevo look; hasta los cambios más extravagantes como cambio de sexo. Dios en cambio, es Inmutable, el no cambia, por eso sus promesas siempre se cumplen, si Dios promete algo, tenga la seguridad de que será cumplida. “Como has hecho esto, y no me has negado a tu único hijo, juro por mí mismo —afirma el SEÑOR— que te bendeciré en gran manera, y que multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena del mar. Además, tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos. Puesto que me has obedecido, todas las naciones del mundo serán bendecidas por medio de tu descendencia” (Génesis 22: 15-18) Las promesas de Dios vienen acompañadas por un juramento, que viene a ser como un sello de calidad y de fiel cumplimiento, a diferencia de las promesas de los hombres que no tienen la capacidad para cumplirlas, aun cuando haya un juramento de por medio; las promesas que con seguridad no se cumplirán, son las hechas por los políticos, se cuenta de uno que les prometió un puente para que pudieran pasar sobre el río, pero uno de los pobladores le dijo: “aquí nunca hemos tenido un río, a lo cual el candidato le contestó: “Si no tienen río, se los mandamos a hacer”. Pero lo peor que una persona puede hacer es jurar y no cumplir, porque si no cumple, su palabra ya no tiene valor alguno jamás, y si lo hace jurando por el nombre de Dios, es algo verdaderamente terrible. “Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y que no cambia como los astros ni se mueve como las sombras. Por su propia voluntad nos hizo nacer mediante la palabra de verdad, para que fuéramos como los primeros y mejores frutos de su creación” (Santiago 1: 17-18) El cumplimiento de la promesa de Dios se lleva a cabo en la obra de Cristo, en su venida, en su muerte y en su resurrección; pero también en la venida del Espíritu Santo como El Consolador. “Como bien saben, ustedes fueron rescatados de la vida absurda que heredaron de sus antepasados. El precio de su rescate no se pagó con cosas perecederas, como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto. Cristo, a quien Dios escogió antes de la creación del mundo, se ha manifestado en estos últimos tiempos en beneficio de ustedes. Por medio de él ustedes creen en Dios, que lo resucitó y glorificó, de modo que su fe y su esperanza están puestas en Dios” (1 Pedro 1: 18-21) Cuando Dios ha hecho juramento lo ha hecho por su Nombre porque no hay nadie mayor que él; “el no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta” ¿Se atrevería usted a creer en el más grande y digno de alabar? Si usted lo hace, es Bienaventurado como todos los que creemos.

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