miércoles, 18 de enero de 2023

MANANTIALES DE VIDA, DELEITESE EN EL SEÑOR

DELEITESE EN EL SEÑOR "Bendeciré al SEÑOR en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán. Mi alma se gloría en el SEÑOR; lo oirán los humildes y se alegrarán. Engrandezcan al SEÑOR conmigo; exaltemos a una su nombre. Busqué al SEÑOR, y él me respondió; me libró de todos mis temores" (Salmos 34: 1- 4) La vida en Cristo es un verdadero deleite, a pesar de las pruebas y dificultades, porque ahora ya no estamos solos, ahora Jesucristo mora en nosotros y con su ayuda salimos adelante, su presencia en nosotros causa ese deleite, el sentir su presencia es cosa de otro mundo. David lo expresa en sus salmos, (Salmos 21: 1-7) y es que Dios, que concede nuestras peticiones, causa deleite con su presencia en todos sus hijos, y los filipenses no eran la excepción. "Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca. No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús" (Filipenses 4: 4-7) Nuestra petición tiene que ser el deseo de Dios, El Señor hace fiesta cuando alguien es salvo, el salvar almas es el deseo y deleite de Dios, ¿será que esa es también nuestra petición? "Así que, recomiendo, ante todo, que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos, especialmente por los gobernantes, y por todas las autoridades, para que tengamos paz y tranquilidad, y llevemos una vida piadosa y digna. Esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador, pues él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad" (1Timoteo 2: 1-4) Nos deleitamos en el Señor Jesucristo porque en Él encontramos Plenitud de gozo, Dios se deleita en nosotros cuando obedecemos su palabra, somos su deleite, y de igual manera, en la iglesia podemos alegrarnos con nuestros hermanos porque Jesucristo mora en nosotros. "Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha" (Salmos 16: 11) En el Señor reposamos de nuestras obras, hallamos descanso en Él, nos hemos afanado toda la vida por agradar a Dios, haciendo esto o aquello y no lo hemos logrado, pero ahora nuestras obras son hechas en Cristo y por fin agradamos a nuestro Señor a través de su Hijo Jesucristo. Hacer su voluntad debe de causarnos deleite, pues eso es lo que agrada a Dios.

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