lunes, 5 de diciembre de 2022

LA PALABRA DE DIOS REVELADA A LOS HOMBRES Capítulo seis

       


LA PALABRA DE DIOS REVELADA A LOS HOMBRES

                                 CAPITULO CINCO

                          SIMEON, EL QUE OYE

“Ahora bien, en Jerusalén había un hombre llamado Simeón, que era justo y devoto, y aguardaba con esperanza la redención de Israel. El Espíritu Santo estaba con él y le había revelado que no moriría sin antes ver al Cristo del Señor” (Lucas 2: 25-26)

Caminar por el mercado en un día de fiesta se vuelve estresante, la gente se mueve de aquí a allá, el bullicio es ensordecedor, todos hablando a la misma vez, pero alguien anuncia el producto que buscamos y lo obtenemos. El nombre Simeón significa: “El que oye” A este Simeón, Dios le había dicho por medio del Espíritu Santo que no moriría sin haber visto antes al “Ungido del “Señor” El templo estaba lleno como todos los días, y como era su costumbre, Simeón estaba en el templo esperando ese glorioso momento que se le había prometido; pero en medio de ese bullicio, el Espíritu de Dios lo movió para que encontrara a Jesús.  “Movido por el Espíritu, fue al templo. Cuando al niño Jesús lo llevaron sus padres para cumplir con la costumbre establecida por la ley, Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios” (Lucas 2: 27-28) Se dice de Simeón que era un hombre justo y piadoso, al parecer, estas características (Justicia y piedad) atraen la presencia de Dios.  “Porque el Señor ama la justicia y no abandona a quienes le son fieles. El Señor los protegerá para siempre, pero acabará con la descendencia de los malvados” (Salmos 37: 28)

Algunos creen que la música atrae la presencia de Dios, esa es una verdad a medias, y si algo es dañino para el crecimiento espiritual son las “medias verdades” Es cierto que la música atrae la presencia de Dios; siempre y cuando, los músicos sean personas justas y piadosas, íntegros en su vida diaria, si estas características no están en los músicos, son solo como “címbalos que retiñen”  “Según tu palabra, Soberano Señor, ya puedes despedir a tu siervo en paz. Porque han visto mis ojos tu salvación, que has preparado a la vista de todos los pueblos: luz que ilumina a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.” (Lucas 2: 29-32) “Tu siervo” Simeón se jugó la vida al declarar en público esa frase en una ciudad gobernada por romanos, pudo haber sido acusado de sedición, de traidor. El pueblo de Dios debe pedir a Dios en estos últimos tiempos que nos habrá los oídos a través de su palabra (….El oír, por la palabra de Dios) para que el Espíritu Santo que mora en nuestras vidas nos mueva en el momento exacto de su venida, practiquemos la justicia y la piedad, procuremos vivir una vida íntegra, creo que esa es la preparación que necesitamos para los últimos tiempos.


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