jueves, 29 de diciembre de 2022

EL SERMON DEL MONTE, COMENTARIOS, DICHOSOS LOS QUE TRABAJAN POR LA PAZ


 EL SERMON DEL MONTE, COMENTARIOS

                           1- CAPITULO OCHO

       DICHOSOS LOS QUE TRABAJAN POR LA PAZ

“Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5: 9)

El resultado de resolver conflictos es la paz, la personas que se ocupan de esta noble labor son llamados pacificadores, ser un pacificador es reflejar el carácter de Dios; solo una persona que ha conocido y ha recibido la paz de Dios, puede ser un verdadero pacificador. Esta es la séptima bienaventuranza, y se refiere a las personas que se encargan de resolver conflictos; los conflictos surgen por diferencias de opinión, amigos inseparables dejaron de serlo por culpa de diferencias políticas, religiosas, de trabajo, en fin, tantas diferencias que hay en este mundo, que debemos de lidiar con ellas toda la vida. Pero ese es el reto al que se enfrentan a diario los pacificadores. En primer lugar, tenemos que buscar estar en paz con Dios ¿Acaso Dios no está en paz con el ser humano? Lastimosamente es así, el pecado original que está en todas las personas, es el cáncer que acabó con nuestra vida espiritual, y esa situación no nos permite tener comunión con Dios. Pero entonces ¿Cómo obtener esa paz? La buena noticia es que sí podemos recibir esa paz en nuestros corazones. “Miren que la hora viene, y ya está aquí, en que ustedes serán dispersados, y cada uno se irá a su propia casa y a mí me dejarán solo. Sin embargo, solo no estoy, porque el Padre está conmigo. Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al Mundo” (Juan 16: 31-33)

Los conflictos seguirán hasta el final, es imposible poner fin a tanta violencia y discordias, familias se han separado por diferencias personales, pero hablamos de una paz que va más allá de todo entendimiento, hablamos de la paz que solo Dios puede dar por medio de nuestro Salvador Jesucristo; cuando recibimos a Jesucristo en nuestro corazón, ocurre el milagro del nuevo nacimiento, espiritualmente volvemos a la vida, pero esta vez para siempre, porque esa vida es indestructible, es cierto que nuestro cuerpo físico desaparecerá tarde o temprano por causa de su condición pecaminosa, pero la transformación gloriosa da comienzo con el nuevo nacimiento, luego nuestro cuerpo será resucitado o transformado en un cuerpo glorioso e incorruptible que vivirá por la eternidad al lado de su Salvador. Esa verdad nos hace tener paz con Dios, paz verdadera en medio de un mundo convulsionado y violento. “La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden” (Juan 14: 27) Una paz diferente es lo que necesita este mundo, y nosotros somos los llamados a mostrar esa paz al mundo, esa es la única respuesta para todo conflicto; de hecho, Dios establecerá en los últimos tiempos, un reino de mil años que se caracterizará en ser un reino de paz, por eso se le conoce a Jesucristo como Príncipe de paz. En este pensamiento tenemos que mantenernos firmes, sin fluctuaciones, hay que confiar plenamente en Él, porque permanece para siempre, Dios es El Eterno, la roca inconmovible de los siglos, ¿Creen que es digno de confianza? Yo creo que sí totalmente.

“Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. Confíen en el SEÑOR para siempre, porque el SEÑOR es una Roca eterna” (Isaías 26: 3-4) Los pleitos en las congragaciones no tienen sentido, la mayoría de veces se discute por banalidades, la paz de Dios en el corazón de un creyente, no tiene cabida para estas cosas tan insignificantes, al contrario, somos llamados a soportarnos los unos a los otros, a ser tolerantes y pacientes con los demás, pero esto solo lo pueden manifestar los que tengan la paz verdadera, los que realmente entregaron su corazón a Cristo con el fin de que su paz morara en ellos; por eso se dice que las iglesias están llenas de gente religiosa, y que, solo unos pocos, son cristianos genuinos; recuerden que el que no es cristiano es identificado fácilmente por sus frutos, ya que el evangelio es más que palabras, se demuestra con acciones que van de acuerdo al carácter de Jesucristo. “Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos” (Colosenses 3: 15) “Más vale ser paciente que valiente; más vale dominarse a sí mismo que conquistar ciudades”  (Proverbios 16: 32)  Seamos promotores de la paz. Evitemos a toda costa el engaño, no nos prestemos a fomentar la mentira o la violencia, porque el que trabaja para conseguir la paz, tendrá satisfacción y un gozo permanente.  (Proverbios 12: 20)

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