lunes, 26 de diciembre de 2022

EL SERMON DEL MONTE, COMENTARIOS, DICHOSOS LOS COMPASIVOS (MISERICORDIOSOS)

           


EL SERMON DEL MONTE, COMENTARIOS

                              1- CAPITULO SEIS

 DICHOSOS LOS COMPASIVOS (MISERICORDIOSOS)

“Dichosos los compasivos, porque serán tratados con compasión” (Mateo 5: 7)

En el barrio San Jacinto, lugar donde yo crecí, había una persona tan bondadosa y respetuosa que no le gustaba hablar mal de nadie; en cierta ocasión murió un hombre que era muy malo, éste fue velado en la comunal de la colonia donde yo vivía, entre los asistentes estaba este señor bondadoso que no hablaba mal de nadie. Alguno de ellos se le acercaron para hablar de lo malo que era el difunto, entonces uno de ellos le preguntó: - ¿Qué puedes decir del difunto? - ¿Te parece que era una persona muy mala? El les contestó: - ¿Ya vieron que ojos más lindos tenía? 

Una persona compasiva va a tratar a las demás personas con compasión, independientemente si es malo y es bueno, o si es rico o pobre, carece de prejuicios, y siempre buscará el bien de los demás sin condiciones. Los bondadosos son personas dichosas, ser compasivo es tener un corazón perdonador, son personas empáticas con los demás, se ponen en los zapatos de sus prójimos, saben llevar alivio a los demás, diferente a la lástima que es pasiva, el misericordioso o compasivo actúa llevando alivio al necesitado, ya sean necesidades físicas o espirituales. Jesucristo es el ejemplo por excelencia en cuanto a la compasión, Él tuvo compasión de los necesitados, por eso, enseñaba con propiedad sobre ese tema. “Jesús recorría todos los pueblos y aldeas enseñando en las sinagogas, anunciando las buenas nuevas del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor” (Mateo 9: 35-36) “Un hombre que tenía lepra se le acercó, y de rodillas le suplicó: —Si quieres, puedes limpiarme. Movido a compasión, Jesús extendió la mano y tocó al hombre, diciéndole: —Sí quiero. ¡Queda limpio!” (Marcos 1: 40-41)  El fundamento de una persona dichosa es la compasión, (Misericordia) La persona que manifiesta compasión se compromete a curar, a dar esperanza y a buscar la justicia para los demás, es por medio de la compasión que la gracia de Dios y su Espíritu, se acercan al necesitado para confortar, para consolar y para sanar y proveer. La misericordia de Dios nunca se acaba, es para siempre, porque nuestro Dios es eterno, siempre estará disponible, incluso en medio de su ira, si clamamos, Él responderá. “El gran amor del SEÑOR nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!” (Lamentaciones 3: 22-23)

Todo aquel que ha recibido consolación de parte de Dios, está listo para impartir esa consolación a los demás, porque lo que hemos recibido de gracia, tendrá que darse de gracia también, con esa misma misericordia con que Dios nos trata, tendremos que tratar a los que sufren tribulación, sin reparo alguno, no se puede hacer diferencias, el trato debe ser igual para con todos, ni más ni menos, todos por igual, he tenido la oportunidad de tratar con personas a las cuales no les simpatizaba, pero mi relación de respeto y derechos siempre he tratado de que sean parejos. En una relación de trabajo he tenido la oportunidad de privilegiar con beneficios a quien yo quiera, pero siempre seguí las reglas, y siempre les di lo que era justo a todos, a pesar de a alguno de los beneficiados, yo no les era de su agrado; recuerdo que, a la mayoría de los que traté de esa forma, poco a poco me gané su respeto y su amistad. “En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes. No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto fueron llamados, para heredar una bendición” (1 Pedro 3: 8-9) ¿Tiene usted un espíritu que sabe perdonar? ¿Tiene un corazón que es compasivo con los demás? Si es así, déjeme felicitarle, porque Dios se complace con los misericordiosos, y el día que usted necesite de compasión, de seguro la recibirá del Señor, que tiene misericordia, siempre. 

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