jueves, 17 de noviembre de 2022

PERSEVERANDO EN LA FE Capítulo treinta y ocho


 MANANTIALES DE VIDA

PERSEVERANDO EN LA FE Capítulo treinta y ocho

"En otro tiempo ustedes, por su actitud y sus malas acciones, estaban alejados de Dios y eran sus enemigos. Pero ahora Dios, a fin de presentarlos santos, intachables e irreprochables delante de él, los ha reconciliado en el cuerpo mortal de Cristo mediante su muerte, con tal de que se mantengan firmes en la fe, bien cimentados y estables, sin abandonar la esperanza que ofrece el evangelio. Éste es el evangelio que ustedes oyeron y que ha sido proclamado en toda la creación debajo del cielo, y del que yo, Pablo, he llegado a ser servidor" (Col. 1: 21-23)

Los seres humanos somos por naturaleza impacientes, vivimos en la época de lo instantáneo, todo lo queremos para ya, no nos gusta esperar, y muchas veces nos frustramos cuando Dios no responde en el momento que nosotros queremos. Pero, ¿Por qué demora Dios?, El espera que nosotros maduremos y que desarrollemos en nosotros la paciencia, que es uno de los frutos del Espíritu que recibimos mientras nos desesperamos en la espera. Un ejemplo de la impaciencia es la del hijo pródigo que tuvo un rotundo fracaso al recibir la herencia anticipada. Pero también Dios demora a veces en contestarnos para probar la sinceridad de nuestro deseo, "En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan" (Hebreos 11: 6) 

Es bien difícil manifestar fe en medio de la persecución, los Hebreos estaban siendo perseguidos y estaban flaqueando en su fe porque no veían respuesta inmediata de Dios por ningún lado, algo similar vivimos los cristianos hoy en día, experimentamos una pandemia y por más que oramos porque esto termine no sucede nada, sin embargo Dios está a nuestro lado, esperando el momento perfecto para actuar visiblemente, Dios está actuando ahora, pero no de la manera que nosotros queremos, pero recordemos que los planes de Dios para nosotros son perfectos, aunque para nosotros no sean de nuestro agrado, Dios como un padre amoroso quiere lo mejor para nosotros. La persecución era la respuesta para los hebreos a su deseo de crecer en la fe. Dios también se demora en responder para fortalecer nuestro carácter.  "Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada" (Sant. 1: 2-4)  ¿A quién puede hacer dichoso la prueba? ¡A nosotros los que creemos en Cristo! porque estas pruebas tienen un propósito, y es el de llevarnos a la perfección en Cristo Jesús. Tenemos que aprender a amar a Dios por lo que Él es y no por lo que nos da (Él es galardonador de los que le buscan)

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