martes, 15 de noviembre de 2022

NACER DE NUEVO Capítulo treinta y seis

 


MANANTIALES DE VIDA

NACER DE NUEVO Capítulo treinta y seis

“Había entre los fariseos un dirigente de los judíos llamado Nicodemo. Éste fue de noche a visitar a Jesús. De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios, dijo Jesús. ¿Cómo puede uno nacer de nuevo siendo ya viejo? Preguntó Nicodemo ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y volver a nacer? Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios, respondió Jesús, Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es espíritu. No te sorprendas de que te haya dicho: “Tienen que nacer de nuevo” (Juan 3: 1-7)

Hay personas que han sido declaradas clínicamente muertas, y que han revivido y se dice que “volvieron a la vida”, Si alguien pretende llegar al cielo por sus propios medios, esas pretensiones son vanas, porque solo hay una manera universal de hacerlo, y es a través del “nuevo nacimiento”. En el capítulo uno de Juan encontramos el comienzo de la nueva creación, a través de la resurrección de Cristo, El es el segundo Adán, en el cual no hay pecado, porque es el sacrificio perfecto, el cordero pascual que nos redime de todos, absolutamente, de todos nuestros pecados, entonces ocurre el milagro en aquellos que creen que Jesús es el Señor, El enviado de Dios para redención nuestra. Este nuevo ser en nosotros (Jesucristo) no peca, porque su naturaleza es divina, no es terrenal (Adán), por eso la palabra de Dios dice: “Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación: esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación” (2 Cor. 5: 17-19) ¡Qué maravillosa porción! Algunos hermanos piensan que, como las escrituras dicen que somos “nuevas criaturas” el cristiano ya no puede caer en pecado, lo cual es falso, no hay nadie que se equivoque por lo menos una vez en el día en diversas formas; pero entonces, ¿Qué quiere decir? En nosotros los cristianos habitan dos naturalezas, la naturaleza caída o carnal y la naturaleza divina, cuando todo va bien no hay problema, somos unos santos ejemplares, pero cuando vienen las pruebas, aparece el viejo hombre en nosotros; ¿No que somos una nueva criatura y las cosas viejas pasaron? En realidad lo que sucede es que, mientras el viejo hombre esté “vivito y coleando” en nosotros, este seguirá pecando. Por eso la recomendación de Pablo que dice: “Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos; ser renovados en la actitud de su mente; y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad. Por lo tanto, dejando la mentira, hable cada uno a su prójimo con la verdad, porque todos somos miembros de un mismo cuerpo. «Si se enojan, no pequen.» No dejen que el sol se ponga estando aún enojados, ni den cabida al diablo. El que robaba, que no robe más, sino que trabaje honradamente con las manos para tener qué compartir con los necesitados” (Efesios 4: 22-28)

La única manera para que Cristo se manifieste en nosotros a los demás, es haciendo morir en nosotros al viejo hombre, ¿Cómo? No dándole gusto a la carne, su naturaleza es pecaminosa, pero si resistimos a la tentación, cada día se irá debilitando hasta quedar sin fuerzas y morir, entonces se podrá manifestar con libertad Jesucristo en nosotros. Si se enoja con su hermano, evite pecar en su contra, y si le gustaba tomar lo que no era suyo, ya no lo haga, de esa manera irá muriendo paulatinamente el viejo hombre en usted; una forma de saber si el viejo hombre está en uno son los torneos de futbol, recuerdo en un torneo entre iglesias de la misma denominación, comenzaba el torneo y conforme iba avanzando se caldeaban los ánimos y empezaban a aparecer las patadas, las peleas, las tarjetas rojas y los insultos, ¡Las pruebas son reveladoras! Como el oro que funde el oro, entre más intenso es el fuego, más escoria despide el oro, hasta sacarlo todo y convertirse en oro fino ¡Oro puro y brillante! “Así Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas promesas para que ustedes, luego de escapar de la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos, lleguen a tener parte en la naturaleza divina” (2 Pedro 1: 4) “Por lo tanto, hermanos, esfuércense más todavía por asegurarse del llamado de Dios, que fue quien los eligió. Si hacen estas cosas, no caerán jamás, y se les abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” ( 2 Pedro 1: 10-11) En Cristo tenemos amplia entrada al reino de los cielos, nacer de nuevo es que Jesucristo haya nacido en nosotros; mi consejo para usted es que abra su corazón a Cristo y deje que El nazca en usted.

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