lunes, 14 de noviembre de 2022

MUCHO ESPACIO PARA USTEDES Capítulo treinta y cinco

 


MANANTIALES DE VIDA

MUCHO ESPACIO PARA USTEDES Capítulo treinta y cinco

"Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada" (Lúcas 2: 7)

"Lo siento, no hay lugar para usted" ¿alguna vez le han dicho estas palabras?, ¿en la búsqueda de un trabajo, en un equipo de futbol, o tal vez en el amor, y peor aún, en la iglesia donde se congrega? "Nos ha fallado muchas veces, mejor búsquese otra iglesia" No hay palabras más tristes sobre la tierra que éstas: "No hay lugar para tí", Jesús conocía esas palabras, a María, su madre, le dijeron: "no hay lugar para ustedes", A Jesús no solo le dijeron "vete de aquí, no queremos personas como tú", sino que también quisieron apedrearlo, incluso los sacerdotes lo llamaron hijo de "fornicación" (Ellos sabían que José era su padre adoptivo) de tal manera que lo mataron crucificándolo diciéndole de esta manera: "No hay lugar para tí en este mundo" Hoy en día el Señor anda de corazón en corazón pidiendo que lo dejen entrar; "Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos" (Proverbios 26: 23) pero la respuesta sigue siendo la misma: "No hay lugar para tí", sin embargo, por su misericordia, hay corazones que si lo dejan entrar, a estas personas Jesús les hace la gran promesa: "No tengan miedo, en la casa de mi Padre muchas moradas hay" Nosotros hacemos espacio para Jesús en nuestro pequeño corazón, y el nos hace espacio en el cielo, donde hay espacio de sobra.

"Voy pues a preparar lugar para vosotros". Dios sabe exactamente lo que usted necesita para que su estancia en la vida eterna no sea aburrida, el fue a preparar todo para que disfrutemos plenamente de la vida eterna por el único mérito de Cristo, por su Gracia abundante. "vendré otra vez y os tomaré a mi mismo, para que donde yo estoy, vosotros también esteis", Jesús quiere que entendamos que el está hablando en serio, al grado que el se compromete en venir personalmente para que seamos parte de El y estemos con El por la eternidad. Jesús no se ha olvidado de nosotros, es cierto que el dijo que no podíamos seguirle en su primera venida, pero El está pendiente de la promesa que nos hizo: "Vendré otra vez, para que estén conmigo siempre" "Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo" (Apoc. 3: 20)  Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: "Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones"...  (Hebreos 3: 7-8)  Le invito a que abra su corazón a Jesucristo y le invite a entrar en su corazón, arrepiéntase de sus pecados y permita que Él sea su Salvador.

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