jueves, 10 de noviembre de 2022

LA VIDA ETERNA Capítulo treinta y uno

 


MANANTIALES DE VIDA

LA VIDA ETERNA Capítulo treinta y  uno

"Así que no nos fijamos en lo visible  sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no  se ve es eterno" (2 Cor. 4: 18)

Charles Spurgeon dijo en una ocasión:  "Si la salvación se pierde, entonces la  estamos  ganando,  y  si  la  estamos  ganando  no  somos  diferentes  a  las  otras religiones", pero la pregunta es,  ¿Qué es la vida eterna? El diccionario  Larousse dice que es "Sin principio ni  final";  el  diccionario  griego  la  describe como "Algo que no se puede  medir  por  el  tiempo",  si  nos  "ganamos" la vida eterna y después la  perdemos,  entonces  no  era  eterna.  Pero mejor veamos que nos dice la  escritura santa.  "El  que  cree  en  el  Hijo  tiene  vida  eterna; pero el que rechaza al Hijo no  sabrá  lo  que  es  esa  vida,  sino  que  permanecerá bajo el castigo de Dios"  (Juan  3:  36)  La  vida  eterna  la  recibimos  en  el  momento  que  creemos,  no  cuando  morimos  (tiene  vida  eterna),  en  cambio,  el  que  no  cree dice que permanecerá, se usa el  verbo  permanecer  en  futuro,  y  permanecer es también en el sentido  eterno. "Ciertamente les aseguro que  el que cree tiene vida eterna" (Juan 6:  47)

La vida eterna está en el Hijo de Dios,  tener    a    Jesucristo    en    nuestros  corazones es tener la vida eterna,  "Y  el testimonio es éste: que Dios nos ha  dado vida eterna, y esa vida está en su  Hijo.  El  que  tiene  al  Hijo,  tiene  la  vida; el que no tiene al Hijo de Dios,  no tiene la vida" (1 Juan 5: 11-12)  La   obra   de   la   salvación   es   de  Jesucristo, Él la comienza, y al final,  Él  la  terminará,  "Y  después de  que  ustedes  hayan  sufrido  un  poco  de  tiempo, Dios mismo, el Dios de toda  gracia que los llamó a su gloria eterna  en  Cristo,  los  restaurará  y  los  hará  fuertes, firmes y estables" (1 Pedro 5:  10) "Ciertamente les aseguro que el que  oye  mi  palabra  y  cree  al  que  me  envió,  tiene  vida  eterna  y  no  será  juzgado,  sino  que  ha  pasado  de  la  muerte a la vida" (Juan 5: 24) ¿Será  que  al  final  tendremos  la  vida  eterna?...¡NO!..  la  palabra  de  Dios  dice  que  ya  tenemos  vida  eterna,  porque  el  Hijo  de  Dios,  Jesucristo,  tiene  la  vida  eterna,  Él  es  la  vida  eterna,  y  lo  único  que  tuvimos  que  hacer para recibirla es oír su palabra y  creer en Él. Yo no he hecho ningún mérito para  ganarme la vida eterna, al contrario,  merecía la muerte, porque mis obras  eran malas, entonces, ¿Cómo se puede  ganar la vida eterna si mis obras son  malas? Es por eso que la vida eterna, la salvación, 

es un regalo INCONDICIONAL de Dios para este  mundo, los que creen la reciben, y son  perdonados  de  sus  pecados  (Obras  malas), los que no creen, recibirán el  castigo que si merecen por sus obras  que siguen siendo malas. "Mis  ovejas  oyen  mi  voz;  yo  las  conozco y ellas me siguen. Yo les doy  vida  eterna,  y  nunca  perecerán,  ni  nadie  podrá  arrebatármelas  de  la  mano. Mi Padre, que me las ha dado,  es  más  grande  que  todos; y  de  la  mano  del  Padre  nadie  las  puede  arrebatar" (Juan 10: 27-29) Si usted se  agarra  de  la  mano  de  Dios,  la  posibilidad de que se pierda es segura,  pero gracias a Dios que no es así, es el  Padre celestial quien le agarra, por eso  nadie puede arrebatarle de Él, si usted  se  perdiera  aun  así  (Que  no  es  posible)  ya  no sería su responsabilidad sino la de Él , pero  cuando   Él   agarra   a   alguien   es  imposible  que  se  pierda.  Si  alguien  siendo cristiano se pierde, es porque  en realidad nunca lo fue, Pablo invita  a Timoteo a hacer suya la vida eterna  "Pelea la buena batalla de la fe; haz  tuya  la  vida  eterna,  a  la  que  fuiste  llamado y por la cual hiciste aquella admirable declaración de fe delante de  muchos testigos" (1 Tim 6: 12)  Usted que lee esta reflexión, ¿Ya hizo  suya  la  vida  eterna?  Hágala  suya  haciendo la declaración de fe, crea en  el Señor Jesucristo y empiece a pelear  la buena batalla de la fe.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario