MANANTIALES DE VIDA, JÓVENES DE NUEVO

JOVENES DE NUEVO "Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo en su Venida" (1 Corintios15: 23) Imaginen a alguien que en el campo ha abierto un surco para sepultar unas semillas, y está llorando porque jamás las volverá a ver; cualquiera que lo viera diría que este hombre se volvió loco. Hay un principio básico en agricultura y es que de la muerte de la semilla nace una nueva planta, un tremendo milagro realizado en nuestras propias narices; pronto esa nueva planta dará muchos frutos, muchas flores hermosas. Lo mismo sucede con nuestros seres queridos que han sido sepultados, pero todo en su orden: Cristo resucitó primero (Las primicias) "Pues, así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos volverán a vivir, pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; después, cuando él venga, los que le pertenecen" (1 Corintios 15: 23) Entre la muerte de los cristianos y la venida del Señor, hay un período intermedio en el cual, las escrituras nos aseguran que sus almas están vivas, a pesar de que sus cuerpos estén sepultados. "Ausentes del cuerpo, y presentes al Señor" (2 Corintios 5: 6-8) Al momento de morir, nuestras almas se trasladan inmediatamente a la presencia del Señor mientras esperamos la resurrección, que sucederá cuando Cristo venga otra vez. "Los que son suyos resucitarán a vida y entonces vendrá el fin". (1 Corintios 15: 23-24) Aquí surgen unas preguntas, ¿Qué resucitará?, ¿Mi cuerpo? Y si es así, ¿Por qué este cuerpo?, ¿Por qué no comenzar con algo nuevo? Pablo dijo: "Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán? Necio, lo que siembras no se vivifica, si no muere antes. Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano; Pero Dios le da el cuerpo como Él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo” (1 Corintios 15: 35-38) En otras palabras, no podemos tener un nuevo cuerpo sin que muera el viejo cuerpo, como dice Pablo: "Lo que siembras no se vivifica, si no muere antes" (Verso 36); Cristo hablando de su muerte dijo lo siguiente: "Si el grano de trigo, no cae en tierra y muere, queda solo; pero si muere lleva mucho fruto" (Juan 12: 24) Lo mismo sucederá con los que estén vivos en su venida, serán transformados y tendrán también un nuevo cuerpo; Cristo es las primicias, nosotros somos la culminación de una tremenda obra de Dios por la cual recibirá toda la gloria y honra de todo lo creado. La gran sorpresa es que se siembra en corrupción, pero se cosecha en incorrupción, este cuerpo nuevo que recibiremos jamás se deteriorará por la eternidad, Jesús nos mostró esa gran verdad cuando se transfiguró delante de tres de sus discípulos, ellos tuvieron la oportunidad de ver esa gloria venidera que está guardada para los que le aman.